miércoles, 28 de agosto de 2013

5ª Etapa: Llánaves de la Reina - Portilla de la Reina


14,6 km. ; 6 h.

Tras la dura cuarta etapa de la pasada jornada (en realidad fusión de la 3ª y la 4ª), la de hoy se presenta como mucho más relajada. En realidad se trata de cubrir la escasa distancia entre Llánaves de la Reina y Portilla de la Reina, ambos con alojamientos rurales donde dormir. La opción más corta es cubrir los algo más de 5 kilómetros que separan ambas localidades, pero la más bella y que nos permitirá conocer paisajes diferentes a la vez que no perder hábitos senderistas en las piernas es enlazar ambos pueblos leoneses a través de la ruta de montaña que rodea la Sierra de Orpiñas por el valle del Naranco y el Valle de Lechada.


Se trata de un recorrido lineal de casi 15 kilómetros que transita por pista y senda a través de encajonados valles de rabiosa belleza. Es el caso de la cabecera de Bobias, territorio osero. No es una ruta muy transitada, lo que permite tener un contacto directo con la fauna, generalmente rebecos e infinidad de aves. Pertenece al Parque Regional Picos de Europa (Castilla y León).



La ruta empieza en Llánaves de la Reina, a casi 1.400 metros de altitud, y se adentra por la pista que remonta el valle del Naranco hasta un par de refugios en la vega del Naranco. Se sigue en todo momento las señales amarillas y blancas de este sendero de pequeño recorrido (PR.LE-22). Hasta aquí el desnivel es suave, pero a partir de este punto la subida gana fuerza hasta alcanzar el Boquerón de Bobias (km.6) a casi 1.900 metros de altitud. Desde el estrecho Boquerón se abre a los ojos un envidiable panorama de montaña que denota la impronta glaciar de estas cumbres. Se observa Picos de Europa y el valle del Naranco a nuestra espalda y frente a nosotros, todavía por delante el precioso valle de Lechada y las cumbres que rondan los 2.400 m y flanquean el valle por el sur.




Es por este valle, cabecera de Bobias, por donde ya en descenso acometemos la segunda parte del recorrido. Si vais en el mes de mayo, observaréis en estas praderas altimontanas de Lechada la masiva floración del narciso de los prados.  A mitad de valle se pasa junto a un pueblo abandonado. Se llama San Andrés y probablemente se levantó, ermita incluida, para dar servicio y atenciones a los caminantes que hacían ruta entre Cardaño y Portilla de la Reina.



Tras 6 horas de ruta se llega a la parte sur del pueblo de Portilla de la Reina. Toca descanso y reponer fuerzas para la próxima etapa, que de nuevo nos acercará a Picos de Europa en otra larga jornada senderista.

martes, 20 de agosto de 2013

3ª-4ª Etapa: Fuente Dé-Llánaves de la Reina

Circo de Fuente Dé, en Cantabria.


26 km8-9 h.


Etapa larga y dura pero absolutamente espectacular. Paisajes glaciares, bosques en perfecto estado de conservación y vistas panorámicas de ensueño es lo que aguarda en esta jornada. La dureza me lleva a recomendar a quienes quieran y no tengan prisa, hacer los 9 kilómetros del tramo entre Fuente Dé y Cosgaya (en realidad la 3ª etapa) disfrutando del anfiteatro glaciar y del bosque de las Ilces de forma pausada para, al día siguiente realizar la subida hasta el collado de LLesba y el puerto de San Glorio antes de bajar a Llánaves de la Reina. Cosgaya y Llánaves de la Reina poseen alojamientos rurales pero entre ambas localidades no será posible encontrar dónde dormir. También Pido tiene alojamientos, pero está justo al inicio del recorrido. Esta larga etapa es en realidad fusión de la 3ª y la 4ª etapas.

 
Bosque atlántico

Si se acomete de una tirada, tal y como recomiendo si hay fuerzas, preparaos para una etapa inolvidable, de las más bellas de la Gran Ruta. El inicio en el circo de Fuente Dé con un día de cielo azul no puede ser mejor presagio de lo que espera en la etapa. Desde la carretera que baja a Pido, antes de llegar, sale la pista a la derecha que se interna en un bosque atlántico maravilloso en el que crecen robles, hayas, serbales, acebos, avellanos, etc. Una de las mejores manchas forestales de la cordillera Cantábrica. Poco a poco el árbol dominante pasa a ser el haya, los líquenes (como las barbas de Judas) proliferan por doquier, síntoma claro de la buena calidad ambiental del hayedo de las Ilces. Poco a poco, sin apenas desnivel llegamos hasta el pueblo de Cosgaya. De cuya parte alta parte la pista que remonta el encajonado valle del río Cubo. La pista –unos 10 km.- no ofrece pérdida posible y salva un desnivel desde Cosgaya de aproximadamente 700 metros hasta el collado de Llesba. La primera parte de la subida transcurre inmersa en la densidad del bosque y en la última parte sale a terreno despejado. Territorio osero y lobero por excelencia.

 
Hacia Cosgaya por el hayedo de las Ilces.
Macizo Oriental y Central desde el Collado de Llesba

El collado de Llesba recibe al senderista extenuado, fatigado, pero el impacto visual desde este mirador es tal, que el cansancio parece desaparecer por completo. El collado de Llesba es uno de los mejores miradores de la Gran Ruta Panorámica, y no sólo de la Cordillera Cantábrica. Se encuentra entre mis favoritos de la piel de toro.

Junto al collado se erige la escultura pétrea de un gran oso blanco. Es el monumento al oso (al oso pardo, claro está).

Desde el collado se observa una panorámica imponente de Liébana y de la muralla rocosa de los macizos central y oriental de Picos de Europa. Incluso con buen ojo se aprecia la estación superior del teleférico de Fuente Dé, que se adivina como una mancha de color sobre el gris calizo.
Ciclistas en el Collado del Oso llegando desde San Glorio.

El collado de Llesba pone fin a la parte más dura de la etapa y casi también a todo un día por terrenos de Cantabria. Sólo resta continuar por el asfalto hasta el Puerto de San Glorio –el paso asfaltado más alto de la cordillera Cantábrica, a 1.598 metros de altitud-. San Glorio es la puerta de entrada de la Gran Ruta a la provincia de León. 4 kilómetros más y nuestras fatigadas piernas llegarán a Llánaves de la Reina, donde poder dormir y reponer fuerzas mientras vienen a la memoria los paisajes y momentos vividos en la etapa.


viernes, 9 de agosto de 2013

2ª Etapa: Tielve - Fuente Dé


Invernales de Cabao
 

Km: 23 kilómetros

6-8 h.

 

La etapa de hoy es una de las más bellas del recorrido. Transcurre acompañando al río Duje que marca la separación entre el macizo oriental o de Andara y el macizo central o de los Urrieles. Dos de los tres macizos de Picos. El río Cares separa el central y el occidental o del Cornión. Por lo que respecta a los extremos, otros cursos fluviales importantes marcan el límite por el este y oeste del conjunto montañoso de Picos de Europa. Son el Deva y el Sella respectivamente.

 

La etapa de hoy ofrece la primera de las variantes de la Gran Ruta Panorámica. Es la que he bautizado Variante Cantabria y desde Sotres se dirige al mismo punto donde finalizaré yo hoy pero después de 5 días de bello caminar por tierras cántabras, con Potes, Mogrovejo, balcón de Pilatos y macizo oriental incluidos.

 


Desde Tielve los primeros pasos se encaminan por la carretera (sin mucho tráfico) hacia Sotres. Enseguida encontramos el estupendo camino (PR) por la montaña (más o menos paralelo al asfalto pero unos metros por encima) hasta el pueblo de Sotres. Si decidimos optar por la variante Cantabria, una vez en Sotres nuestra referencia es Tresviso. Si no nos decantamos por ampliar cinco días la ruta, en Sotres hemos de descender por buen sendero hasta las invernales de Cabao, junto al asfalto de la carretera que sube viene de Tielve.

 
Morra de Lechugales desde las inmediaciones de las invernales de Cabao

Las invernales, a algo más de 6 kilómetros de Tielve, son un puñado de majadas bien conservadas que se sitúan al pie del famoso collado Pandébano, una de las entradas naturales al corazón del macizo central y parajes como Bulnes por ejemplo.

 


El camino no ofrece pérdida posible. Se trata de una pista ancha y de buen firme que va ascendiendo progresivamente remontando el valle por el que fluye el río Duje. Un Paisaje agreste, desnudo. Prados y roca cuya bella monotonía es rota sólo por la tierra de la pista hacia Áliva y Espinama.

 
Majada de las Llavias. Espinama

La pista va progresando con un desnivel mantenido pero no fuerte dejando a la izquierda las moles calcáreas de Andara (con los 2.444 m. de la Morra de Lechugales como máximo exponente) y las cumbres más elevadas del macizo central escapando a la vista a la derecha.

Un par de kilómetros más arriba de Cabao se pasa junto a otras majadas, las que componen las invernales del Toro (o de Sotres). Estas casas de piedra y teja se encuentran en la confluencia con el valle de las Moñetas.

 
Chalet Real al pie de Peña Vieja

Cuando el valle del Duje comienza a abrirse encontramos una bifurcación de la pista, a la derecha nos lleva directamente pasando por las minas de Áliva (buena zona para ver rebecos), donde hasta los años noventa se realizaba actividad, hacia el Chalet Real, el hotel de Áliva y la estación superior del teleférico de Fuente Dé. Sigo de frente en dirección a Espinama por los puertos de Áliva. Antes dejo a la derecha la curiosa ermita de la Santuca de Aliva. Sola en un escenario magnífico de alta montaña. La elección de este camino no me priva de las envidiables panorámicas del chalet real con el telón de fondo de Peña Vieja (2613 m. de altitud), una de las cumbres más altas de Picos. La niebla, tan frecuente en estos parajes, le da el toque mágico al conjunto.

 

El final de la subida se adivina ya muy cercano. Un poco antes se une por la izquierda el camino que viene del precioso e histórico pueblo de Mogrovejo (conjunto histórico-artístico) y por el que deberían aparecer mis piernas cinco días después en el caso de tomar la Variante Cantabria.

 

Llego al collado en el que de pronto se abre la vista hacia el valle lebaniego Valdebaro, con las casas de la majada de las Llavias junto a la pista. Llama la atención las laderas cubiertas de bosque, inusual hasta el momento en la ruta.

 
Circo de Fuente Dé.

La pista baja con celeridad y buen firme hacia Espinama pero en mi caso me adentro en el bosque a través de uno de los senderos señalizados hace poco por el parque nacional, el que conduce directamente hasta Fuente Dé. Antiguamente lo habitual era bajar a Espinama y subir por la carretera los 3 últimos kilómetros hasta Fuente Dé. Este sendero (bien señalizado) permite hacerlo de forma más natural, corta y en contacto directo con el bosque.

El final no puede ser más espectacular, al pie del anfiteatro rocoso de Fuente Dé. Un paredón de casi 1.000 metros cuya verticalidad me empañaba en parte la niebla aquel día pero que he tenido la fortuna de ver despejado tantas y tantas veces. A la mañana siguiente, sin ri más lejos. Una de las postales por excelencia de Picos de Europa y probablemente el lugar más fotografiado de las montañas cántabras. Con 23 kilómetros en las piernas y un final así, no puedo descansar mejor.

jueves, 1 de agosto de 2013

1ª Etapa. Arenas de Cabrales - Tielve por la calzada del Caoru



12 km. Unas 8-9 horas


La verdad es que no quiero imaginarme de soldado romano subiendo estas laderas con no se con cuantos kilos de peso de armadura… la etapa del Caoru no es una de las más largas, ni mucho menos, pero si salva un desnivel importante. Es por este motivo por el que al ser la primera del recorrido propongo concluirla en Tielve y no prolongarla hasta Sotres, aunque si prefieres prolongarla, no es mala opción. Como primer día creo que los casi 1.100 metros de desnivel positivo (subida) y 500 negativo (bajada) son suficientes. La ruta suele realizarse al contrario, de Tielve a Arenas, pero no procede en el sentido de la marcha que esta jornada comienza.

 

Arenas de Cabrales (Las Arenas) es una localidad con todas las necesidades comodidades en cuanto alojamiento y servicios. Aunque más pequeña, también Tielve. Los primeros pasos de la ruta se encaminan en dirección a Poncebos por la carretera que lleva hasta la garganta del Cares. Pasada la Cueva Museo del Queso de Cabrales, encontraréis a la izquierda de la carretera, bien señalizado, el camino de la calzada romana de Caoru.

 


Desde este punto la ruta sube de forma permanente primero entre castaños y luego por terreno abierto a lo largo de casi 9 kilómetros hasta el Collado Pasadoiro (1.200 m. de altitud). Es una subida tendida (la mayor dureza en los seis primeros), con vistas a la garganta del Cares en su primera parte y poco a poco a las cimas calcáreas de Picos. El contacto con las losas empedradas de la calzada se tiene periódicamente. En algunos lugares ésta describe lazadas imposibles para amoldarse al terreno.

 

Se superan un par de collados (Castiello y Pellitero) antes de arribar al Pasadoiro. Desde el collado Castiello se tiene una buena visión hacia el norte, hacia el pueblo de Arenas, y la sierra del Cuera. En el tramo entre el collado Pellitero, donde las cumbres se abren de pronto y parecen poder tocarse con la mano, y el collado Pasadoiro el desnivel se suaviza notablemente. Al llegar a Pellitero, lo peor de la subida ya ha pasado y la pendiente casi desaparece. Se observa Peña maí en primer término y tras ella las cimas del macizo central (aunque llegan a verse los tres). Abajo el río Duje. Por el camino se atraviesan majadas (Tambrín, Umardo y por último Tordín) en un ambiente solitario de pastos y ganadería típica de Picos.

 

Desde el collado Pasadoiro restan 2 kilómetros de vertical descenso, ya dentro de los límites del Parque Nacional Picos de Europa. En apenas 2.000 metros de recorrido se salvan 500 de desnivel. El mejor tramo de la calzada lo encontrarás al poco de iniciar la bajada hacia Tielve. Con las piernas fatigadas y en pronunciada bajada, sólo resta atravesar la majada Valfrío y encontrar las primeras casas de Tielve.

 

De los 12 kilómetros de recorrido, que está señalizado como PR-AS-127 (seguir las señales blancas y amarillas) algo más de la mitad transcurre por calzada romana y 5,5 por senda.

 


Cuando realicé esta etapa una extraña nube lenticular quedó colgada un buen rato en el cielo. No se si a modo de faro guía. En cualquier caso lo tomé como una señal de buen augurio para esta Gran Ruta Panorámica Circular. Muy pronto, entró una niebla feroz que me impidió sacar fotos. Ni buenas, ni malas. Esto me recordó que el tiempo en Picos cambia rápidamente. Siempre hay que llevar ropa de abrigo y agua, aunque de pronto la niebla desaparezca y luzca un sol envidiable… Esta etapa no es pues la más lucida fotográficamente (sorry), pero afortunadamente la cosa fue a mejor.

 
Tielve, al pie de la sierra de Portudera

La primera etapa de la ruta supone un contacto directo con el ambiente de Picos que tan familiar nos será en los próximos días. Cabañas para el ganado (majadas), praderas de montaña, roca, bosques… y aldeas de ensueño enclavadas en lugares mágicos. Proporciona también el contacto con el pasado histórico de la zona. En esta ocasión con la calzada romana que el Imperio construyó cruzando la sierra de Portudera para tratar en vano de conquistar a los astures. Gracias Pelayo.