miércoles, 20 de noviembre de 2013

10ª Etapa: Cangas de Onís - Covadonga (por Següenco)

6 h. 12 km.


Nada más dejar atrás Cangas de Onís, la tranquilidad invade el paisaje y el ambiente que envuelve a esta etapa. Una jornada que transcurre por parajes bellos, formados a base a de prados y buenos bosques que ofrecen en la segunda parte del recorrido panorámicas lejanas pero a la vez cercanas de las cumbres del macizo occidental de Picos de Europa, por donde se abre paso el recorrido de hoy. Las cimas conservan las últimas nieves del invierno y los ojos se clavan en los poderosos 2.596 m. de la Torre Santa de Castilla y su séquito de "dos miles" emergiendo por encima del bosque en mi línea de visión.



Es una etapa como digo tranquila (500 metros de desnivel de subida y otros tantos de bajada), muy bien señalizada y por buen camino para enlazar dos puntos tan importantes en la historia asturiana y tan atractivos para el turismo como Cangas de Onís de Covadonga. Sin embargo sorprende los parajes poco frecuentados. Hay dos partes claras en la etapa, la primera más humanizada hasta Següenco, y la segunda parte desde esta apartada aldea astur hasta el santuario por excelencia del Principado.


Desde Cangas de Onís vamos por pista hasta Següenco. Desde aquí el camino continúa por prados entre majadas, cabañas dispersas y ganado vacuno y caballar que pasta tranquilo, contagiado por el ambiente de media montaña y la tranquilidad. En el corto tramo entre Los Pallares, al poco de dejar atrás Següenco, y Pozazal, la senda cambia de vertiente y me asoma a otro viejo conocido: el valle del río Dobra, justo enfrente de Vis (Amieva). De nuevo traspone la loma y se abre paso sobre los 700 metros de altitud por la falda de la Peña de Cebeo (835 m.) para buscar el río de las Mestas y descender hasta Covadonga por el bosque de la vega de Orandi.




Me recibe la estatua de don Pelayo al pie del Santuario de la Virgen de Covadonga. Magníficos ambos. Y todavía tengo tiempo de hacer una visita a la Santa Cueva, con su capilla, la tumba de don Pelayo y una bella cascada. Un lugar diferente y único en Picos. Magnífico final de etapa.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

9ª etapa: Amieva - Cangas de Onís

19 km. 6 h.
Olla de San Vicente, río Dobra.


La etapa que enlaza Amieva con Cangas de Onís, a pesar de que es una etapa prácticamente en descenso (1.000 m. desnivel positivo y casi 500 negativo), presenta dos perfiles muy diferentes, con una primera parte muy sinuosa hasta  la Olla de San Vicente y a partir de ahí, casi llana hasta Cangas de Onís.


Es una etapa agradable, de las más cómodas de la Gran Ruta. Ofrece buena panorámicas sobre el desfiladero del Sella en su boscosa primera parte entre Amieva y Vis, también por prados, y al trasponer la sierra, entra de lleno en la garganta del río Dobra para ofrecernos unos parajes muy poco visitados y rincones de los que no se olvidan, como la citada olla (Hoya) de San Vicente.


Después de muchas etapas sin estar junto a un río, la de hoy conduce hasta la enorme poza de aguas esmeraldas conocida como Olla de San Vicente, en el Dobra. A partir de este punto la senda es mucho más cómoda y discurre siempre por la margen izquierda del río hasta llegar al puente medieval de Cangas de Onís, donde finaliza la ruta que me ha servido de trazado histórico a las dos últimas etapas del recorrido: la Senda del Arcediano.


Si histórico ha sido el firme que ha guiado mis pasos en estos dos días, histórico es también el final de esta novena etapa: Cangas de Onís, la cuna de Asturias. Me lo recuerda la Cruz de la Victoria que pende del Puente Romano de Cangas. Don Pelayo resultó vencedor en la Batalla de Covadonga y aquí fundó el reino de los Astures. El rey estableció su corte en Cangas de Onís y así nació la primera capital de Asturias.