martes, 20 de agosto de 2013

3ª-4ª Etapa: Fuente Dé-Llánaves de la Reina

Circo de Fuente Dé, en Cantabria.


26 km8-9 h.


Etapa larga y dura pero absolutamente espectacular. Paisajes glaciares, bosques en perfecto estado de conservación y vistas panorámicas de ensueño es lo que aguarda en esta jornada. La dureza me lleva a recomendar a quienes quieran y no tengan prisa, hacer los 9 kilómetros del tramo entre Fuente Dé y Cosgaya (en realidad la 3ª etapa) disfrutando del anfiteatro glaciar y del bosque de las Ilces de forma pausada para, al día siguiente realizar la subida hasta el collado de LLesba y el puerto de San Glorio antes de bajar a Llánaves de la Reina. Cosgaya y Llánaves de la Reina poseen alojamientos rurales pero entre ambas localidades no será posible encontrar dónde dormir. También Pido tiene alojamientos, pero está justo al inicio del recorrido. Esta larga etapa es en realidad fusión de la 3ª y la 4ª etapas.

 
Bosque atlántico

Si se acomete de una tirada, tal y como recomiendo si hay fuerzas, preparaos para una etapa inolvidable, de las más bellas de la Gran Ruta. El inicio en el circo de Fuente Dé con un día de cielo azul no puede ser mejor presagio de lo que espera en la etapa. Desde la carretera que baja a Pido, antes de llegar, sale la pista a la derecha que se interna en un bosque atlántico maravilloso en el que crecen robles, hayas, serbales, acebos, avellanos, etc. Una de las mejores manchas forestales de la cordillera Cantábrica. Poco a poco el árbol dominante pasa a ser el haya, los líquenes (como las barbas de Judas) proliferan por doquier, síntoma claro de la buena calidad ambiental del hayedo de las Ilces. Poco a poco, sin apenas desnivel llegamos hasta el pueblo de Cosgaya. De cuya parte alta parte la pista que remonta el encajonado valle del río Cubo. La pista –unos 10 km.- no ofrece pérdida posible y salva un desnivel desde Cosgaya de aproximadamente 700 metros hasta el collado de Llesba. La primera parte de la subida transcurre inmersa en la densidad del bosque y en la última parte sale a terreno despejado. Territorio osero y lobero por excelencia.

 
Hacia Cosgaya por el hayedo de las Ilces.
Macizo Oriental y Central desde el Collado de Llesba

El collado de Llesba recibe al senderista extenuado, fatigado, pero el impacto visual desde este mirador es tal, que el cansancio parece desaparecer por completo. El collado de Llesba es uno de los mejores miradores de la Gran Ruta Panorámica, y no sólo de la Cordillera Cantábrica. Se encuentra entre mis favoritos de la piel de toro.

Junto al collado se erige la escultura pétrea de un gran oso blanco. Es el monumento al oso (al oso pardo, claro está).

Desde el collado se observa una panorámica imponente de Liébana y de la muralla rocosa de los macizos central y oriental de Picos de Europa. Incluso con buen ojo se aprecia la estación superior del teleférico de Fuente Dé, que se adivina como una mancha de color sobre el gris calizo.
Ciclistas en el Collado del Oso llegando desde San Glorio.

El collado de Llesba pone fin a la parte más dura de la etapa y casi también a todo un día por terrenos de Cantabria. Sólo resta continuar por el asfalto hasta el Puerto de San Glorio –el paso asfaltado más alto de la cordillera Cantábrica, a 1.598 metros de altitud-. San Glorio es la puerta de entrada de la Gran Ruta a la provincia de León. 4 kilómetros más y nuestras fatigadas piernas llegarán a Llánaves de la Reina, donde poder dormir y reponer fuerzas mientras vienen a la memoria los paisajes y momentos vividos en la etapa.


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