martes, 24 de julio de 2012

De Salinas a Cudillero por la costa y Pravia

3ª Etapa: Gijón-Candás-Luanco-Cabo Peñas-Avilés-Salinas-Muros de Nalón-Cudillero: 90 kilómetros

Ría de Pravia desde el mirador de Monteagudo.


La distancia entre Avilés y Cudillero puede cubrirse rápidamente en 20 minutos por la autovía ¡¡crasso error!!, o hacerlo por la carretera costera amoldándonos al suave relieve litoral y disfrutar de un buen puñado de enclaves naturales únicos. Tanto en la costa como en Pravia, con alguna sorpresa “interior”. Creo que ya sabéis por donde fui yo.

Atravesando los bosques de castaños en el Bajo Nalón, una delicia para el ecotouring.


Inicio la segunda parte de la tercera etapa en el punto donde dejé el primer tramo, cruzando la ría de Avilés con la vista puesta en las dunas de la playa del Espartal y el prometido arrecife de coral. La siguiente localidad de referencia es por tanto Salinas. Entre San Juan de Nieva y Salinas se levantan las dunas terciarias y cuaternarias que forman el cordón dunar del Espartal, que se extiende a lo largo de 3 kilómetros de playa (WP.GR.8.58). Son las más altas de Asturias y una red de pasarelas permiten disfrutar de este espacio natural, que se continúa al otro lado de la carretera con un bello pinar de pinos marítimos, sin afectar al proceso de recuperación del ecosistema del Monumento Natural de la Playa del Espartal.

Pasarela sobre el cordón dunar del Espartal (Castrillón), las mayores dunas de Asturias.


Sobre el sustrato arenoso crecen multitud de especies protegidas de flora que forman parte de comunidades fitosociológicas de vegetación psammófila. Algunas de estas plantas herbáceas, de largas raíces, tienen que ver con la fijación de las dunas. Barrón, nardo marítimo y correhuela de dunas, se encuentran entre las más importantes. Crecen también otras como el tojo, la zarza, la zarzaparrilla, la raspalengua, laureles, madroños, espigadilla de mar, etc. Al otro lado de la playa se encuentra el Museo de Anclas Philippe Cousteau (WP.GR.8.59), un espacio al aire libre que domina la lengua de arena y se asoma, incluso penetra, en los acantilados costeros. Una pasarela bien acondicionada permite disfrutar de esta incursión “aguas adentro”.

Museo de Anclas, en Salinas.


Es precisamente en estos acantilados donde se localiza uno de los parajes más singulares del litoral español. Se trata del arrecife de Arnao (WP.GR.8.60), un arrecife fósil del Devónico. Tiene forma de domo (atravesado por el túnel de la carretera) constituido por 140 metros de calizas masivas. En el Devónico las zonas tropicales abarcaban un área mayor y la placa ibérica estaba cerca del trópico de Capricornio. Las temperaturas del agua eran más altas que las actuales y se desarrollaban muchos organismos con una vida y biodiversidad comparables a un arrecife de coral de nuestros días.

Corales en el arrecife fosilizado de Arnao, que data del Devónico.


Una explanada junto al túnel permite dejar el vehículo para ver el museo de anclas y el mencionado arrecife, aunque la mejor zona de fósiles está al otro lado del corto túnel. Existen una serie de paneles interpretativos que nos explican todo acerca del mundo submarino pretérito que habitó este fondo. Se pueden diferenciar corales rugosos masivos, corales tabulados masivos, estromatoporoideos, corales tabulados ramificados, fragmentos de crinoideos y otros organismos como conchas de bivalvos y braquiópodos.

Es como cuando entramos de golpe en una habitación casi oscura, el ojo se tiene que adaptar y empezaremos a ver las cosas cada vez mejor, poco a poco. Con el arrecife pasa algo parecido, la primera visión sobre la pared no dice nada, pero es cuestión de ver los dos primeros para comenzar a distinguir fósiles con claridad por todos los lados. El arrecife es una parada sorprendente.

Isla de la Deva, frente a los acantilados de Bayas.



La carretera local se continúa hacia Arnao y Bayas, donde tengo la siguiente parada, también por partida doble. En muy poca distancia se accede desde este pequeño pueblo costero a la mejor visión de la isla de la Deva (WP.GR.8.61), y al mayor arenal de Asturias, el Sablón, más conocido como el Playón de Bayas (WP.GR.8.62). Ambos lugares están protegidos y englobados como Monumento Natural de la isla de la Deva y el playón de Bayas. El primero es el mayor islote erigido frente a la línea de costa asturiana y es importante colonia de cría para varias especies de aves marinas. Entre ellas el cormorán moñudo. En los acantilados frente la isla vuelan otras “no tan marinas” como el cernícalo de la imagen, el colirrojo tizón o incluso la urraca, habitantes de los prados y herbazales de acantilados. El segundo es una vasta playa de arena con sistema dunar separada de la playa de Los Quebrantos por la desembocadura del río Ranón.

Hembra de cernícalo vulgar frente a la isla de la Deva. 


Estoy en la ría de Pravia, donde desemboca el río Nalón. Apenas una decena de kilómetros río arriba se encuentra Pravia y dos enclaves tan sugerentes como diferentes que quiero visitar. El primero tiene que ver con la historia del Principado y se trata de la iglesia de San Juan en Santianes de Pravia, un templo cristiano del siglo VIII, el monumento más antiguo del prerrománico asturiano (WP.GR.8.63). El segundo pone la guinda olfativa al recorrido: el Jardín de los Aromas (WP.GR.8.64) ¿suena bien eh? Pues no os hacéis una idea de lo bien que huele. Una buena dosis del mejor alimento para la pituitaria en forma de plantas aromáticas. La original idea es de Nieves y Michael, propietarios de este pequeño jardín botánico aromático, con plantas autóctonas y de los cinco continentes, por el que es una delicia pasear. Olor y color en Agones antes de poner rumbo a Muros de Nalón. La carretera se tiñe ahora de verde, el de los bosques de castaños con hoja nueva que crecen fundamentalmente entre Los Cabos y Somao. Antes de llegar a Somao, una carreterilla bien indicada sube a la derecha hacia el mirador de Monteagudo, con vistas generosas circulares (WP.GR.8.65).
Iglesia de Santianes de Pravia, el monumento prerrománico más antiguo de Asturias.

Jardín de los Aromas.


Nada más entrar en Muros de Nalón y dejar a mano derecha el hórreo que acoge a su oficina de turismo, me desvío a la izquierda un par de kilómetros hasta el aparcamiento de la playa de Aguilar (WP.GR.8.66). Es una playa espléndida que por si sola justifica la visita, pero es también el punto de inicio de la Senda Costera que recorre a pie 4,5 km (ida) de espectacular litoral acantilado hasta el mirador y ermita del Espiritu Santo (WP.GR.8.67)., en el extremo de la desembocadura. La senda está perfectamente acondicionada y ofrece diferentes accesos a playas (playa del Xilo, la Playa las Llanas y Cazonera) y miradores (Los Glayos, La Atalaya y Espiritu Santo).
Somao desde Monteagudo.


Playa del Xilo, al comienzo de la Senda costera en Muros de Nalón.

Finalizado el día, por El Pito accedo a Cudillero (WP.GR.8.68). La villa marinera me acoge con la belleza que me ha acogido otras veces. Siempre bella, coqueta, arracimada en la difícil orografía del barranco en el que se asienta. Su barranco. Cudillero luce siempre espectacular. Esta noche cenaré algún pescadito en alguno de sus restaurantes, junto al puerto, y mañana subiré hasta dos de sus miradores.


Lista de Way Points de la Gran Ruta 8:
WP.GR.8.58: 30 T 262325 E 4829727
WP.GR.8.59: 30 T 260334 E 4829395
WP.GR.8.60: 30 T 260059 E 4829471
WP.GR.8.61: 29 T 739885 E 4830061
WP.GR.8.62: 29 T 738859 E 4828835
WP.GR.8.63: 29 T 734488 E 4820652
WP.GR.8.64: 29 T 732672 E 4820025
WP.GR.8.66: 29 T 734042 E 4823164
WP.GR.8.67: 29 T 735693 E 4827472
WP.GR.8.68: 29 T 730559 E 4827180

viernes, 20 de julio de 2012

Hacia el Cabo Peñas. Gijón-Salinas

3ª Etapa: Gijón-Candás-Luanco-Cabo Peñas-Avilés-Salinas-Muros de Nalón-Cudillero: 90 km.

Cabo Peñas, el extremo septentrional del Principado.


La tarde anterior, desde la Campa Torres, la costa de Carreño y Gozón se oteaba magnífica, con esa impronta de costa acantilada abrazada con las medias lunas de las playas y bien escoltadas por el verde de los praus. Sólo verlo relaja.

Desde las inmediaciones del Cabo Torres la citada panorámica es generosa. Se abre desde la playa de Xivares hasta Luanco con las playas de Tranqueru, Carranques, La Palmera, Candás, Rebolleres, Taluxa, S. Pedro, Bigaral, Gargantera, Aramar, El Dique, Samarincha, La Ribera y Luanco.

Playas de Xivares y parte de la costa de Carreño desde la Campa Torres.



Algunas apenas se intuyen desde aquí (WP.GR.8.48), unas tapadas por la Punta de San Antonio y otras escondidas a mi visión en la bella orografía asturiana de esta zona de la costa. Tras la Punta de la Vaca quedan otras como Moniello, Bañugues o Llumeres, casi tocando ya el Cabo Peñas. Pero no me adelanto.

Playa de Xivares, en Carreño. Al fondo el Cabo Torres.


Salgo como de costumbre a primera hora de la mañana, cuando es más fácil disfrutar de la presencia de grupos de gaviotas y limícolas en la playa, preferentemente en las inmediaciones de las desembocaduras de cursos de agua o en las zonas sometidas a la acción suave del oleaje.
Gaviota sombría y patiamarillas en la playa de Luanco.



La ruta y el paisaje invitan a una parada en el Cabo San Antonio (WP.GR.8.49), con su faro, su palmera y sus acantilados cortados a pico,  perfecto calentamiento camino del Cabo Peñas.

Puerto de Candás.


Antes del gran cabo Peñas, una paradita a los pies del de San Antonio, en el puerto de Candás (WP.GR.8.50), en busca de un reparador y exquisito arroz con leche que me de energías para sujetar largo rato los prismáticos. A buen seguro que me van a hacer falta pues Peñas siempre depara largos y satisfactorios momentos en este sentido. En otoño un buen aperitivo ornitológicos al Cabo Peñas es el cabo de la Punta de la Vaca (WP.GR.8.51).



Además del despliegue geológico en Cabo Peñas, que está por llegar, os recomiendo un par de paradas previas en este sentido, la primera junto a la playa de San Pedro (WP.GR.8.52), para observar los estratos formados por el flysch y la segunda en Moniello para ver el lapiaz en los pozos de L’Aguión (WP.GR.8.53), se prestan al oportuno paseo con la referencia del área recreativa. Muy fotogénicas las piscinas naturales que se forman sobre la roca, vago recuerdo de la acción caliza oriental.



Llegar al Cabo Peñas (WP.GR.8.54) es pisar el extremo septentrional de la tierra asturiana. Una especie de Cabo Norte astur, con esa agradable sensación de pisar lo remoto sin dejar de estar a mano de todo. Asomarse al centenar de metros de abismo (suerte de barandilla) es hacerlo a un paisaje acantilado agreste, esculpido a golpe de ola. Duro como su cuarcita pero rabiosamente bello, y con la entrada incluida para uno de los mejores espectáculos ornitológicos del norte de España. Las aves marinas conocen bien la orografía del potente faro y se dejan ver con facilidad. En los islotes, alimentándose en los prados, sobrevolando el acantilado o en la colonia de isla Erbosa… un cabo que da para mucho, sobre todo si se completa con la visita al Centro de Interpretacióndel Medio Marino ubicado en el faro. El centro supone también un primer contacto con historias relativas a cachalotes y calamares gigantes.

Panorámica oriental desde Cabo Peñas.


En cuanto a panorámicas ¡qué os voy a contar! Sin obstáculos hacia oriente y poniente ya podéis imaginaros el regalo para la vista. Y no he sido el único en disfrutarlas, pues a juzgar por los comentarios de mis afortunados compañeros de viaje, que lo han contemplado desde el mar, es probable que el adjetivo “espectacular” pueda quedarse corto.

Gaviota patiamarilla sobrevolando el Cabo Peñas.


Doblar el Cabo Peñas, en este caso por tierra, es poner rumbo a occidente. Bordeo playas impresionantes como el Ternero (Verdicio; WP.GR.8.55), Puerto Llampero –de increíble ubicación- o el enorme playón surfero del Xagó (WP.GR.8.56), por citar sólo unos ejemplos, y sus bien conservados ecosistemas costeros –especialmente interesante es el amplio cordón dunar de esta última-, para llegar al faro de San Juan de Nieva (WP.GR.8.57) previa parada en el observatorio ornitológico de Llodero (Zeluán), imprescindible para dar buena cuenta de la avifauna de la ría. Estoy en la ría de Avilés. Desde el faro las vistas sobre Salinas son de excepción. Allí aguardan un par de paradas de sumo interés en las dunas de El Espartal y el arrecife de Arnao. ¿Un arrecife de coral en Asturias? En la segunda parte de la etapa os lo cuento.

Desde el Cabo Peñas hasta la ría de Avilés existen playas como esta de Verdicio.


Lista de Way Points de la Gran Ruta 8:
WP.GR.8.48: 30 T 281522 E 4827531
WP.GR.8.49: 30 T 277102 E 4830518
WP.GR.8.50: 30 T 277047 E 4830113
WP.GR.8.51: 30 T 2755738 E 4834312
WP.GR.8.52: 30 T 276369 E 4831529
WP.GR.8.53: 30 T 274589 E 4835132
WP.GR.8.54: 30 T 270446 E 4837609
WP.GR.8.55: 30 T 267957 E 4834189
WP.GR.8.56: 30 T 264624 E 4831676
WP.GR.8.57: 30 T 262336 E 4831181

lunes, 16 de julio de 2012

De Villaviciosa a Gijón por la costa

2ª Etapa II. Ribadesella-Lastres-Villaviciosa-Tazones-Gijón: 95 km.

Desembocadura Ría de Villaviciosa desde la zona de El Puntal.


Desde Villaviciosa una carretera con excelentes panorámicas recorre en paralelo la orilla izquierda natural de la ría hasta Tazones, en la desembocadura. Al poco de su andadura llega al Centro de Interpretación de la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa (WP.GR.8.39). El pequeñoedificio aledaño a la carretera se presta a una parada para entender mejor el ecosistema de la ría, uno de los estuarios mejor conservados del Cantábrico. Para comprender el origen, sus usos y, sobre todo, las comunidades de flora y fauna -especialmente aves-, que se pueden observar en cada momento del año. En verano, permanecen en la ría individuos de algunas especies de aves que no han migrado a tierras septentrionales, a las que se unen especies, también migradoras, procedentes de África. Limícolas, Gaviotas, Ardeidas, Anátidas son los grupos de aves más representativos. No faltan cormoranes y en época, somormujos, colimbos, y álcidos disfrutando de los recursos alimenticios en los hábitats de marisma, dunas y acantilados.

Las aves son las protagonistas en el estuario de Villaviciosa.

La ría con marea baja en El Puntal.

Prosiguiendo por la carretera un poco más adelante se encuentra el observatorio ornitológico de El Puntal (WP.GR.8.40), muy cerca del puerto deportivo por el que hace ya rato han pasado mis amigos del “equipo marino”. Desde el Puntal el asfalto remonta la ladera de la ría ganando perspectiva muy rápidamente sobre el conjunto del ecosistema. Las panorámicas cenitales de la playa de Rodiles son de aupa. De nuevo baja el firme a la cota del mar para llegar a uno de los pueblecitos costeros más fascinantes del litoral asturiano: el puerto de Tazones (WP.GR.8.41). Pequeño, de dimensiones perfectas para caminarlo cómodamente, repleto de casas de colores de gran ambiente marinero. Junto a la playa, en la corta calle principal se suceden los restaurantes y pequeñas tiendas de artesanía. No podemos irnos sin llevarnos alguna artesanía de azabache. En la playa y con marea baja se accede hasta el yacimiento de icnitas de playa de Tazones. El otro yacimiento se encuentra en zona de acantilados. Es el llamado yacimiento del faro de Tazones.

Arquitectura tradicional en el puerto de Tazones.

Tazones se presta sin duda a disfrutarlo con calma. Invita a pasear, a sentarse de terraza en terraza mirando al mar tomando una sidrina con un buen paté de oriciu y a degustar cualquier delicia del mar, ya sea pescado o marisco. Con el arte con el que lo abrían y la pinta que tenía un centollu que estaban preparando delante de mis ojos para unos afortunados comensales, estuve a punto de comer por segunda vez en el día…


Preparando la mencionada tentación.

Entre la punta de El Olivo (donde está el faro de Tazones) y el cabo de San Esteban, ya en Gijón, me aguardan todavía tres paradas ineludibles. Todas diferentes y todas de fácil acceso por la vieja carretera que une Tazones y Gijón (25 kilómetros). La primera el Llagar de El Gobernador (WP.GR.8.42). Estoy en la comarca de la sidra así que se antoja imprescindible conocer más cómo se elabora y produce esta bebida tan asturiana. La segunda, en Argüero, tiene que ver con otro sello de identidad astur (y celta): el caballo asturcón. Allí, en la Quintana de la Foncalada (WP.GR.8.43), vive Severino, amante y gran conocedor de los ponis asturcones. Haciendo una reserva previa por teléfono se puede realizar una visita al Ecomuséu ca l’Asturcón.
Playa de Rodiles y entrada a la ría de Villaviciosa desde el faro de Tazones.

La tercera y última parada es para realizar la ruta senderista que recorre los acantilados del extremo oriental de Gijón. Un sendero bien acondicionado, la Senda Costera del Poniente, concretamente el tramo de 9,3 km. El Rinconín-La Ñora. A los altos acantilados se unen las pedreras y también playas como la del Rinconín (WP.GR.8.44), Peñarrubia, Serín, Cagonera, Estaño y finalmente la playa de la Ñora (WP.GR.8.45). También el emblemático Cabo San Lorenzo. Todo en un gran ambiente natural con buenas vistas sobre la mariña central asturiana.

Llagar El Gobernador.


El largo día acaba en Gijón, donde equipo de mar y tierra pasamos una jornada de “descanso” en la Gran Ruta por la Costa Asturiana.

Playa de la Ñora.


Lo paseé de noche, disfrutando del preciso Viejo Gijón, y lo caminé de nuevo al día siguiente, con el fresco de la mañana, concretamente en el tramo de la Senda Costera entre la Playa de Poniente y la del Rinconín (5,3 km.), un día que dio también para la visita al Jardín Botánico del Atlántico (WP.GR.8.46), frente a La Laboral, y para disfrutar del mejor atardecer gijonés desde la Campa Torres, en el extremo occidental de la bahía.
La senda costera se encuentra bien acondicionada.

Perspectiva del recorrido desde el final de la ruta. Abajo, la Ñora.

En la Campa Torres os recomiendo visitar el parquearqueológico y natural (WP.GR.8.47), donde además de contemplar las ruinas arqueológicas que explican el paso de la época prerromana a la romana (íntimamente ligado al origen de la ciudad), se puede disfrutar del estratégico emplazamiento junto al cabo Torres (faro), como importante paso de aves (hay observatorio ornitológico) y las comunidades vegetales costeras. Un panel explica las principales asociaciones de flora (comunidad de roquedo, brezal-tojal, lastonares, comunidad nitrófila, comunidad de roquedo marítimo, prado de siega, comunidad nitro-halófila, matorral, etc.).

Cabo Torres y acantilados con el faro.


Al borde del acantilado, mientras hacía la foto del cabo Torres con la que ilustro en parte este post, tuve otro de esos encuentros animales no habituales y siempre agradables y que, a otra escala, me recordaron los momentos vividos en Ribadesella con la nutria y el martín pescador. En esta ocasión el protagonista era mucho más pequeño, un invertebrado. Se trata de la mariposa esfinge colibrí, un lepidóptero de curiosa apariencia y cuya postura al libar recuerda al pájaro que le da nombre. Curioso e igualmente inolvidable como colofón al día.


Mariposa esfinge colibrí.

Lista de Way Points de la Gran Ruta 8:
WP.GR.8.39: 30 T 304603 E 4820272
WP.GR.8.40: 30 T 306823 E 4822040
WP.GR.8.41: 30 T 305888 E 4824082
WP.GR.8.42: 30 T 302826 E 4821353
WP.GR.8.43: 30 T 301736 E 4823620
WP.GR.8.44: 30 T 286301 E 4824609
WP.GR.8.45: 30 T 290812 E 4824715
WP.GR.8.46: 30 T 288615 E 4822058
WP.GR.8.47: 30 T 281526 E 4827243

viernes, 13 de julio de 2012

De Ribadesella a Villaviciosa entre aves y dinosaurios

2ª Etapa: Ribadesella-Villaviciosa-Tazones-Gijón: 95 km.

Museo del Jurásico de Asturias (Colunga), en la Costa de los Dinosaurios.

Pocos tramos hay en la costa española con tanto aliciente natural y tan variado en apenas 40 kilómetros de litoral. La costa comienza a cambiar su aspecto y la rasa llanisca con litoral calizo va quedando en la retina y en la memoria de la cámara. Sin solución de continuidad me recibe un litoral diferente, con la presencia de dos grandes rías y dos atractivos ecoturísticos de gran peso internacional. Me refiero a dos spots de birdwatching de primer orden y a la existencia de gran cantidad de yacimientos de icnitas. Estoy en la Costa de los Dinosaurios.

Grupo de ánades reales en la ría de Ribadesella.

La mañana no pudo comenzar mejor. Lo que os voy a relatar a continuación es uno de los premios gordos en lo que a observaciones de fauna se refiere para cualquier amante de la naturaleza y tiene como protagonistas a dos de los animales más esquivos y difíciles de observar en libertad de la fauna ibérica.

Martín pescador desde los observatorios ornitológicos de Ribadesella.

Había madrugado convenientemente para estar con las primeras luces del día en los observatorios ornitológicos y pasarelas de la ría de Ribadesella (WP.GR.8.26) y disfrutar de la habitual presencia de anátidas y ardeidas de diferentes especies. No salía de mi asombro observando cómo saltaba de rama en rama un precioso martín pescador cuando recibo la llamada de Miguel con una noticia sorprendente. Estaban preparando la embarcación para la salida de la etapa y me llama para comentarme que hay una nutria con ellos, que ya ha salido un par de veces del agua y vuelto a sumergirse. ¡No puede ser!, ¿un nutria en el puerto deportivo de Ribadesella? En cinco minutos estaba con ellos en el pantalán y me estaban explicando lo ocurrido cuando de pronto la nutria salió de nuevo y volvió a caminar por el pantalán delante de nosotros. Increíble. ¡3 veces en 15 minutos! Escuchando la conversación estaba uno de los responsables del pantalán, que lejos de tacharnos de locos, nos dice que no hay una nutria sino ¡4 ó 5! “Salen todas las noches y caminan por los pantalanes”, nos cuenta. Como si tal cosa.

Como comprenderéis un martín pescador y una nutria en 20 minutos era mucho para mi cuerpo, así que por qué no asimilarlo digamos… con dinosaurios.

Miguel y Rubén saliendo del puerto de Ribadesella.

Me encaminé al extremo occidental de la playa de Santa Marina, la principal de Ribadesella. Un paseo marítimo conduce hasta la base de los acantilados (WP.GR.8.27) y desde allí es posible ver en la pared diferentes rastros de icnitas plasmados en moldes y contramoldes. Es el primero de los yacimientos de una serie de enclaves existentes a lo largo de la Costa de los Dinosaurios (concejos de Ribadesella, Caravia, Colunga y Villaviciosa) y protegidos como Monumento Natural Yacimiento de Icnitas de la costa Centro-Oriental.

Acantilados junto al yacimiento en marea baja.

Existen una serie de yacimientos de sobresaliente interés: playa de Ribadesella, acantilados de Tereñes y playa de Vega en Ribadesella, playa de la Griega y acantilado de Lastres en Colunga, y finalmente puerto de Tazones, faro de Tazones, acantilados de Oles y playa de Merón en Villaviciosa, de este a oeste.
Yacimiento icnitas Playa de Ribadesella, en el que se aprecian varios rastros.

Datan de hace 150 millones de años, en el Jurásico, cuando diferentes especies de dinosaurios bípedos y cuadrúpedos dejaron impresas sus huellas en el blando sustrato fangoso y arenoso. Su sedimentación, convertida ya en roca solidificada, ha permitido la conservación de esas icnitas hasta nuestros días. Existen diferentes paneles informativos a pie de yacimiento pero lo mejor es hacer una parada en el MUJA (Museo del Jurásico), en Colunga. Eso será más tarde.

Villa marinera de Ribadesella.

Volviendo al yacimiento de la playa de Ribadesella, en marea baja se puede descender sin problema hasta las piedras por la pasarela y además de tener una visión frontal de las huellas, se puede observar de cerca el ecosistema intermareal en bajamar. Las piscinas naturales y charcas bullen de vida invertebrada marina e incluso pequeños peces durante unas horas hasta la llegada de nuevo del agua. También de algas de diferentes especies.
Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo.

Todavía tuve tiempo de tomar un buen desayuno y caminar por esta villa marinera hasta la ermita de la Virgen de Guía (el mejor mirador de la localidad, del Cantábrico y del curso del río Sella en su discurrir por la ría. WP.GR.8.28), y la playa de la Atalaya (WP.GR.8.29). Si habéis hecho la reserva, también podéis visitar el arte rupestre de la Cueva de Tito Bustillo, Patrimonio de la Humanidad, y el más que interesante Centro de Arte Rupestre (WP.GR.8.30).

Aliseada pantanosa, una rara comunidad fitosociológica.

La carretera nacional 632 me conduce enseguida al monumento natural del Desfiladero de Entrepeñas y Playa de Vega. El desfiladero (WP.GR.8.31) labrado por el río Acebo es muy breve y el curso fluvial sale repentinamente al paisaje abierto de la playa de Vega (WP.GR.8.32), donde desemboca. La playa atesora, además del mencionado conjunto de icnitas, y una rara aliseda pantanosa y un interesante sistema dunar con un buen número de especies halófilas como nardo marino, lechetrezna de las dunas, mosquita dorada, correhuela de dunas, barrón, carices, etc.
Sistema dunar de Playa de Vega. Monumento natural.
Arenal de Morís.

Una breve parada en el precioso arenal de Morís (WP.GR.8.33), al pie del Paisaje Protegido de la Sierra del Sueve –célebre entre otros muchos valores por sus tejos y asturcones-, es el preludio a la subida en esta sierra hasta uno de los miradores por excelencia en la piel de toro. El mirador del Fito (WP.GR.8.34). Panorámicas generosas de mar y montaña. Y entre las de montaña… una espectacular visión de Picos de Europa. Vale la pena una parada en el centro de interpretación de la Sierra del Sueve, en Gobiendes.

Mirador del Fito, en la Sierra del Sueve.

De regreso al mar continúo por el concejo de Colunga, previa parada en el MUJA (WP.GR.8.35), para conocer de primera mano algunos de sus yacimientos. El más importante es sin duda el de la playa de la Griega (WP.GR.8.36), que posee icnitas que se cuentan entre las más grandes del mundo. Parada en el precioso pueblo de Lastres (el televisivo San Martín del Sella), por donde hace ya un buen rato pasaron Miguel y Rubén con la neumática de 7 metros, y continuación desde el mirador de la ermita de San Roque (WP.GR.8.37) hacia Villaviciosa, en la comarca de la Sidra, y precisamente hago una pausa en el punto de observación de aves (WP.GR.8.38), junto a la fábrica de El Gaitero.

Icnitas en la playa de la Griega.

Villaviciosa es sin duda un final de etapa idóneo. Os recomiendo realizar el tramo relatado hasta aquí en una o incluso dos jornadas para llegar al final de la tarde a Villaviciosa. El motivo no es otro que poder madrugar para observar la riqueza de aves que vive en la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa, podéis hacerlo primero en su orilla oriental hasta Rodiles y después en su orilla occidental por El Puntal hasta Tazones.
Petirrojo macho en la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa.

En Villaviciosa, frente a unas fabes con almejas, hago una pausa hasta el próximo post camino de Gijón.
La gastronomía local no le va a la zaga a los recursos naturales.
Lista de Way Points de la Gran Ruta 8:
WP.GR.8.26: 30 T 332724 E 4814310
WP.GR.8.27: 30 T 332033 E 4814871
WP.GR.8.28: 30 T 332982 E 4814898
WP.GR.8.29: 30 T 333767 E 4814347
WP.GR.8.30: 30 T 332772 E 4813802
WP.GR.8.31: 30 T 327524 E 4815491
WP.GR.8.32: 30 T 327400 E 4816306
WP.GR.8.33: 30 T 323956 E 4815782
WP.GR.8.34: 30 T 323221 E 4812844
WP.GR.8.35: 30 T 316078 E 4818952
WP.GR.8.36: 30 T 317003 E 4818677
WP.GR.8.37: 30 T 316592 E 4820665
WP.GR.8.38: 30 T 303969 E 4818294