martes, 25 de marzo de 2014

3ª Etapa: Mossel Bay - George - Wilderness

Comienza la Ruta Jardín. 60 km.
En plena Ruta Jardín por El Cabo sudafricano...


“Sin apuros. Sin preocupaciones”, así reza el eslogan turístico de Mossel Bay. Podríamos añadir “sin prisas”, ya que la etapa de hoy es pura tranquilidad. Esto va muy bien ya que permite “jugar” con la etapa anterior y la concentración de cosas que ver y lugares para visitar, pudiendo partir entonces la jornada precedente antes y dormir antes de Mossel Bay. Otra aventaja es que nos movemos por autopista, así que la rapidez con la que se devoran kilómetros va a nuestro favor.

Mossel Bay (Bahía Mossel), es el verdadero punto de partida de la Ruta Jardín. Es una agradable población costera cuya historia está ligada inseparablemente a la figura del navegante portugués Bartolomeu Dias. El 3 de febrero de 1488 Bartolomeu Dias, desembarca en la playa de Mossel Bay (Santos), un puerto protegido y abrigado en la bahía para aprovisionarse de agua camino de India. Como curiosidad citar que la playa Santos es la única playa sudafricana orientada hacia el norte. En 1497 el portugués Vasco da Gama también se detiene en el mismo lugar para aprovisionarse de agua y carne. Tres años más tarde, en 1500, Pedro d’Ataida deja una carta en un zapato colocado en un árbol sapotáceo junto a la playa en su regreso de Calcuta, que fue encontrada al año siguiente por el Almirante Jao da Nova. Acababa de nacer la oficina de correos más antigua de África. El árbol (de la especie Sideroxylon inerme, conocida comúnmente como “madera de leche”), que todavía sigue en pie, sirvió en años sucesivos como puesto de correspondencia escrita entre marinos, ya que durante los años siguientes el lugar fue parada para descanso y aprovisionamiento de los barcos que hacían la ruta hacia Oriente hasta que en 1601 Van Caerden funda Mussels junto a la playa y nombra a la bahía Mosselbaai (Mossel Bay).
El barco de Dias en su museo de Mossel Bay


En la actualidad se ha convertido en una próspera y tranquila población costera, destino ideal de vacaciones. Desde el punto de vista natural, la bahía, con aguas tranquilas y poco profundas, es un buen lugar para observar ballenas. Aquí la temporada abarca desde mayo a septiembre. En el interior de la bahía existe la isla de las focas, con excursiones regulares de 1 hora varias veces al día. En aguas más abiertas, también se organizan salidas para ver tiburón blanco y bucear en jaula con estos escualos. Esto por si a alguno le supo a poco lo de Gansbaai y quiere repetir.
... y aquí el autor bajo el histórico Árbol del Correo.


El principal atractivo cultural de Mossel Bay es el complejo museístico Bartolomeu Dias, fundado con motivo del 500 aniversario del “Árbol del Correo” y de la llegada del marino portugués al lugar. Cuenta también con un jardín etnobotánico, un granero edificado en 1786, un museo marítimo, y la fuente que aprovisionó de agua a tantas expediciones. El museo alberga también una réplica a escala natural de la carabela de Dias que me impresionó bastante. Uno, cuando sube abordo, se siente realmente un marino ya que el barco es tan real y exacto que fue construido en Portugal y llegó navegando el 3 de febrero de 1988 para inaugurar el museo.
Por cierto que en el restaurante (Café Gannet) que hay justo enfrente del museo uno puede darse el capricho de inflarse a ostras a un precio que ni siquiera se le pasaría por la cabeza antes de preguntar al camarero... yo por supuesto ¡me di un buen homenaje!
La prueba del delito... ¡una docenita de ostras!
Restaurante Gannet en Mossel Bay, magnífica opción para reponer fuerzas.


Desde Mossel Bay se llega rápidamente por autovía a George, la principal ciudad de la Ruta Jardín. George es el punto de arranque del histórico tren de vapor Outeniqua Choo-Tjoe, que cubre el tramo entre George y Knsyna. Pocos trenes hay en el mundo con el encanto y un trayecto tan panorámico como éste.

Desde George se accede hacia Oudtshoorn y el pequeño Karoo a través del puerto de montaña Outeniqua, salvando las cadenas montañosas Outeniekwaberge y Kammanassieberge, que sirven de telón de fondo a esta parte de la Ruta Jardín. En el pequeño Karoo abundan las granjas de avestruces y destacan sin duda las magníficas cuevas Cango, de grandes dimensiones y repletas de formaciones calcáreas. También destacan las instalaciones del Cango Wildlife Ranch, donde se puede vivir la experiencia de bañarse en una jaula con cocodrilos del Nilo.
Ocho kilómetros después de la ciudad de George (con aeropuerto), se llega a Wilderness, ya dentro del parque nacional Ruta Jardín. Así que en la próxima etapa comenzaremos la jornada en este bello sector del parque…
Llegando a Wilderness


Más información sobre la Ruta Jardín en mi libro Guía de Safaris Fotográficos en África: Sudáfrica.


miércoles, 12 de marzo de 2014

2ª etapa: Hermanus - Gansbaai - Mossel Bay

Ballenas, tiburones blancos y bonteboks
 
Ballena franca austral
A Hermanus llegué con las últimas luces de la tarde. Era octubre y aunque esta pequeña localidad de la costa sudafricana seguía con la tranquilidad y belleza que siempre me ha encantado de ella (es junto a Ciudad del Cabo, mi población predilecta del país) se notaba un bullicio especial. Se debía a que es temporada de ballenas y ello significa que acuden a Hermanus los visitantes y turistas deseosos de observar de cerca de las grandes Ballenas Francas Australes que llegan cada año entre julio y noviembre a la bahía Walker para reproducirse. Y cuando digo cerca, quiero decir muy cerca, tanto que es posible verlas muy bien desde tierra. Aquí juega un papel importante el famoso whale crier, un tipo que dice comunicarse con los cetáceos soplando por su peculiar cuerno de algas. Sea o no verdad, lo cierto es que este hombre es el informador de dónde es el mejor lugar para ver las ballenas en cada momento. Se suele dejar ver cerca del puerto Viejo para informar. 
Senda costera para ver ballenas en Hermanus
Observando las ballenas desde tierra

Un sendero perimetral recorre el acantilado de Hermanus ofreciendo balcones desde donde ver las evoluciones de las enormes ballenas. Cuando yo llegué en mi última visita, todavía tuve tiempo de fotografiarlas nadando plácidamente junto al puerto sabedoras de la protección natural del lugar. Esta parte de la bahía Walker es un santuario para las ballenas francas, dentro de la reserva Fernkloof y está prohibido navegar para verlas. Las empresas de whale watching de Hermanus tienen que salir a mar abierto para observarlas. Cerca del pueblo, sólo se ven desde tierra, pero tampoco se echa de menos ninguna embarcación. He llegado a verlas, nadando con sus ballenatos, ¡a no más de 15-20 metros de la costa!
Pero a la observación de ballenas iba a dedicar la mañana siguiente. Con más calma. Después de cumplir con una cita natural de pura adrenalina…

Con los tiburones blancos en Gansbaai.


Unas horas antes, todavía de noche, me recogió en el hotel de Hermanus la empresa con la que iba a ver cumplido el sueño de bucear junto al tiburón blanco. Así es, una vez en Gansbaai a unos 40 minutos al sur de Hermanus, me recibieron con un desayuno y tras el briefing previo, me enfundé el neopreno y navegamos unos quince minutos hasta el lugar donde se efectúan las inmersiones en jaula para ver al Gran Blanco frente a frente. Gansbaai es la capital mundial para esta actividad pues alberga la mayor concentración de tiburones blancos. En efecto, tras echar el cebo no tardaron en acudir para dar comienzo a la espectacular experiencia de sumergirse con ellos. Existe la posibilidad de hacer la salida para verlos desde el bote sin necesidad de meterse en el agua. En mi caso, no pude resistirme… Al final de la mañana ya estaba de regreso a Hermanus con otro sueño cumplido y la etapa no había hecho otra cosa que comenzar.

Esperando la llegada del Gran Blanco en la jaula.


De hecho la etapa de hoy os propongo dividirla en al menos dos jornadas. Ya comentaba en el primer post que las etapas eran orientativas y que podría variar sobre todo el tiempo que cada uno puede dedicar a cada etapa. Una etapa no significa necesariamente tener que hacerla en una jornada.

El pregonero de las ballenas "whale crier" en Hermanus


La primera parte de la etapa está centrada pues en el mar, en vivir dos de las experiencias más espectaculares a nivel mundial que aquí se realizan: la observación de ballenas francas australes y el encuentro con el tiburón blanco. Para ello necesitaréis, en el mejor de los casos (si las condiciones climatológicas acompañan), una mañana completa.

Paisaje de la ruta en la etapa de hoy.
Bontebok

Tras comer en Hermanus me despido de esta fabulosa población por la carretera R-326, que es parte de la conocida como la carretera de la ruta de las ballenas. Me dirijo hacia la N2, a la que se llega muy rápidamente. Una vez en la N-2, en menos de 1 hora se llega a Swellendam, donde se unen N2 y la R62 carretera ésta última a la que me refería como anillo para un posible recorrido circular, y donde se encuentra la entrada al parque nacional Bontebok. De nuevo parada y cita con la naturaleza en este diminuto parque nacional, el más pequeño de la red de parques nacionales sudafricanos, creado, como su propio nombre indica, para proteger a algunos de los últimos antílopes bontebok. También se observan cebras del Cabo y una buena representación floral del fynbos. 
Fynbos


También tuve la suerte de observar en las planicies de este parque y en los campos que se encuentran a ambos lados de la carretera, bandos de grullas azules. Preciosas. La grulla azul es el ave nacional de Sudáfrica.
Por cierto, que hay unas cabañas para alojarse dentro del parque que de haberlo sabido antes…

Desde Bontebok, sólo resta conducir un par de horas más por fantástica carretera hasta Mossel Bay. Fin de etapa y mitad de recorrido.


Llegados a este punto de la Gran Ruta habréis notada que en la pasada etapa, al hablar del Cabo de Buena Esperanza, no me referí a él como el punto más meridional de África. Y es que ese honor geográfico le corresponde al cabo L’Agulhas, situado al sureste de Hermanus. Al Cabo de Buena Esperanza corresponde la fama histórica de la navegación, pues es donde generalmente se forman las tormentas que antaño propiciaron no pocos naufragios.
Se llega a L’Agulhas por carreteras locales sin dificultad y sin duda debe ser una parada indispensable en el recorrido, como también debería serlo la bella reserva natural De Hoop, con sus dunas, humedales y enorme biodiversidad. Aquí viven también antílopes bontebok. Ambas pendientes para una próxima ocasión y es que como veis, mucho, muchísimo que hacer y ver en un tramo que si condujéramos de un tirón apenas nos llevaría 3 horas…
La grulla azul es el ave nacional de Sudáfrica


Si te interesa, puedes tener más información sobre las ballenas de Hermanus o los tiburones blancos de Gansbaai en mi Guía de Safaris Fotográficosde Sudáfrica, editada por abooks.

martes, 4 de marzo de 2014

1ª etapa: Ciudad del Cabo - Cabo de Buena Esperanza - Hermanus

Cima de la Montaña de la Mesa


Es muy difícil volver a comenzar alguna Gran Ruta en un lugar tan fascinante como Ciudad del Cabo. A mi gusto, la ciudad más bella del planeta. La conocí hará ahora unos 10 años y me enamoró desde que puse un pie en ella. Bueno incluso antes, cuando desde el avión se tiene el primer contacto visual sobre la urbe del extremo sur de África y el entorno en el cual se ubica.
Como descubriré a lo largo de  este gran recorrido africano, Ciudad del Cabo es el origen de los asentamientos foráneos en el continente. Aquí fundaron los holandeses el castillo de Buen Esperanza en 1647 para defender el estratégico enclave que decidieron abrir para aprovisionar a las expediciones marítimas antes de doblar el Cabo de Buena Esperanza en la Ruta hacia las Indias Orientales. Algo más de un siglo antes los portugueses ya habían abierto la ruta.

Subiendo hacia el faro del Cabo de Buena Esperanza


Ciudad del Cabo
La primera visita obligada en Ciudad del Cabo es la propia ciudad, con su castillo, su barrio histórico y el muelle-paseo (waterfront), donde se agolpan las tiendas comerciales alrededor de la Torre del Reloj y los hoteles de lujo. La siguiente visita obligada es el parque nacional de la Montaña de la Mesa, la gran montaña de cima plana que emerge tras los edificios de Ciudad del Cabo y forman parte de una imagen ya inseparable del rincón urbano más bello de África. A la Montaña de la Mesa se sube fácilmente (si las condiciones climatológicas lo permiten) en el funicular que deja a los visitantes en la cima rocosa, sobre los 1.000 metros de altitud. Una serie de miradores se encargan de que las cámaras fotográficas no cesen de disparar. Un paseo por la cima también supone el primer contacto con la rara y exclusiva vegetación de la Región Floral del Cabo, aunque la mejor muestra la hallamos en la falda este de la ladera, en el Jardín Botánico Nacional Kirstenbosch.

Colonia de Lobos marinos de Isla Duiker, en Houte Bay.


Por el asfalto de la M3 y la M4 comienza el verdadero recorrido de la Gran Ruta de ecotouring por El Cabo y la Ruta Jardín. La carretera M4 se dirige directamente por la costa hacia la península del Cabo donde se encuentra el enclave costero más famoso del continente: el Cabo de Buena Esperanza. No abandonamos el parque nacional Montaña de la Mesa, pero nos dirigimos a su sector meridional.
Dejo atrás el imponente paso del pico Chapman’s y tras dar vista a la espectacular playa salvaje de Noordhoek y la laguna Tidal, una primera parada la hago en Hout Bay, donde os recomiendo tomar la embarcación que realiza periódicamente los tours fotográficos (aprox. 1 h.; hay varias empresas) hasta la isla Duiker. Esta pequeña isla rocosa está literalmente “tapizada” de leones marinos. La barca se acerca prudentemente hasta corta distancia para ver y fotografiar los cientos de lobos marinos que nadan y toman el sol en la conocida popularmente como isla de las focas. También es zona frecuentada por los tiburones blancos en busca de su alimento favorito.

Avestruz en el Cabo

Cabo de Buena Esperanza
De regreso a tierra firme mi siguiente parada es, cómo no, el Cabo de Buena Esperanza. Es una zona muy turística y bien acondicionada con restaurante, tiendas y funicular que sube hasta el faro nuevo. Antes me asomo al entorno de la playa Días, en un entorno mucho más natural y sin construcciones. Podemos observar aquí bandos de avestruces junto al mar, los primeros bontebok, elands, hartebeest rojos, babuinos chacma o las cebras del Cabo.
La playa lleva el nombre del primer marino que dobló el Cabo de Buena Esperanza o cabo de las Tormentas, que no fue otro que el portugués Bartolomeu Dias en 1487.

Cabo de Buena Esperanza
Aves marinas junto a la Playa Dias.


Pero sin duda una de las joyas naturales del Cabo es la flora. Un catálogo botánico único el que crece en la Región Floral del Cabo. La Región Floral del Cabo es uno de lo siete Reinos Florales del planeta, con casi 9.000 especies de plantas de las cuales el 70% son endémicas. Está compuesto por las formaciones florales del fynbos (de montaña y costero) y el renosterveld (también de montaña y costero). El más importante es el fynbos que contiene 7.500 de las 9.000 especies vegetales del Cabo un “matorral fino” compuesto por especies de la familia de las proteas (la protea es la flor nacional de Sudáfrica), los brezos y los restios.

Región Floral del Cabo.

Os recomiendo subir hasta el faro, desde donde se aprecia la punta del famoso Cabo de Buena Esperanza y el faro viejo. Podréis ver pasar multitud de aves marinas y, en temporada, las ballenas.

Los pingüinos de Simon’s Town
De regreso a la M4 pongo rumbo a la pequeña localidad de Simon’s Town, donde se encuentra la playa Boulders, célebre por albergar la colonia de pingüino magallánico. Una serie de pasarelas de madera permite caminar sin molestar a los cientos de pingüinos que la forman a partir de una pareja que llegó a la zona en 1983.
Playa Boulders en Simon's Town.


Por un paisaje de ensueño y siempre al borde del mar, la carretera bordea completamente la Bahía Falsa (False Bay) por la M44 para llegar a la preciosa y apacible localidad de Hermanus, en la vecina bahía Walker. En Hermanus aguardan dos de las experiencias en la naturaleza más impactantes que ofrece el continente africano, pero eso será en el próximo post.

Pingüinos magallánicos

Es imposible comentar todo lo que ofrece Ciudad del Cabo y la península del Cabo en un post, por eso si te interesa el tema o quieres profundizar más, te dejo el enlace de mi guía de Safaris Fotográficos de Sudáfrica, editada en febrero 2014.