miércoles, 26 de enero de 2011

Una de islas…


Llegado este punto os confieso que me encantan las islas. En su conjunto. Por lo que representan, por lo que albergan, y porque gracias a ese aislamiento, son reductos de biodiversidad únicos, con alto grado de endemismos de flora y fauna, lo cual, dicho sea de paso, siempre me ha fascinado. Son el escenario perfecto también para descubrir mediante ecotouring (Seychelles sólo fue un aperitivo en este sentido). Soy de los que piensa que hacer un viaje a una isla “da más juego” que a un destino convencional (continental), por todo lo que os he comentado anteriormente. Si a eso le unimos el pasado geológico y en algunos casos su vinculación a la actividad volcánica, que hace que cada cierto tiempo, cada vez que hay una erupción, algo de ese paisaje cambie por completo. Queda arrasado y la vida tiene que volver a comenzar. De cero ¿no es maravilloso?


A la hora de planificar las Grandes Rutas que traer a mi blog, no dudéis que muchas serán en islas. No os las desvelo ya porque me gusta mantener la emoción y el efecto sorpresa. Cuando compro una revista de viajes en el kiosco me encanta la emoción de llegar a la última página, aquella en la que se anuncian los destinos y reportajes del próximo número. Paso las hojas con la mente puesta en cierta medida en esa última página. En los blogs no es posible por razones obvias, así que lo equiparo a contaros una Gran Ruta sin desvelar la próxima y publicar a la finalización (a modo de “próximo número”), la siguiente Gran Ruta. Y si no desvelarla al completo, si al menos dar alguna pista. Este año tengo la intención de compartir con vosotros desde el blog al menos un par de Grandes Rutas en islas de gran actividad volcánica. Una está al norte de Europa y la otra… no.


¿Mi próxima Gran Ruta? Pues como voy alternando (hasta el momento) lo del frío y el calor, ahora toca quedarse en un lugar donde la temperatura es una gozada durante todo el año. Da igual cuando uno vaya que el termómetro no sabe de estaciones y por supuesto hay naturaleza. Mucha y de la buena.

jueves, 20 de enero de 2011

7º día Seychelles. La vida es sueño.

Parque nacional marino Sainte Anne.

Lo peor que tiene este lugar es que hay que volver. Ha sido una semana intensa pero… relajada. De la que me llevo una sensación inicial que ahora se convierte en verdad ratificada: las islas Seychelles no son sólo un destino de estupendas playas sino una acumulación de naturaleza de la buena. Llena de endemismos, de valores naturales tan singulares como el coco de Mer o las tortugas gigantes de Aldabra, un enclave de birdwatching sensacional, una vida marina rica y variada en la que abunda, aparte de tortugas, un buen número de cetáceos y condrictios. Uno de los mejores lugares para nadar junto al tiburón ballena.







Y como os prometí en uno de los post, después de visitar todas las playas de Mahe, Praslin y la Digue, me permito confeccionar el mejor menú de playas paradisíacas:


Aperitivo: Anse Georgette


Primer plato: Anse Lazio


Plato fuerte: Source d’argent


Postre: Petit Anse






Antes de que salga el vuelo de regreso por la tarde con Qatar Airways via Doha, tengo tiempo de no madrugar, de apurar la playa del hotel (esta vez Petit Perlan) y de volar de regreso a Mahe. De pasear por Victoria y vivir mi particular Dejavu, paseando por el mercado, por la plaza del reloj y una buena comida de despedida en Le Redezvous. Cerrando así el círculo que comencé hace 7 días.






Como dijo Calderón de la Barca “La vida es sueño y los sueños, sueños son”. Yo al menos he tenido la fortuna de tener un sueño en el paraíso y no despertar en 7 días. Es un destino caro, bastante caro, pero si tenéis ocasión… no dejéis de soñar.

lunes, 17 de enero de 2011

6º día Seychelles. La Digue, la postal de Seychelles



La Digue…, en cuanto uno pone el pie en la arena de esta isla, siente la irresistible tentación de dejarlo todo y no regresar jamás. Es una isla pequeña, muy pequeña (10 kilómetros cuadrados, pero es, aún así, la tercera más grande del grupo principal del archipiélago. Aquí el tiempo se detiene y su filosofía de vida hace que cualquier parecido con el bullicio occidental sea pura coincidencia. Su buque insignia es la playa Source d’Argent. Una postal de la definición: paraíso. Es la playa más fotografiada del país y una de las más bellas del mundo. Al fin y al cabo, es también el motivo en última instancia de que yo me encuentre aquí. ¿Quién no ha viajado a partir de una imagen que ha visto publicada en algún lugar? Es una cosa que siempre me ha gustado. Ver una foto y pensar que algún día yo estaré en ese lugar. Al menos lo intento y he de reconocer que he tenido suerte en la vida. En muchas ocasiones lo he conseguido. Source d’Argent (WP.GR.1.16) es también la imagen que simboliza Seychelles con sus aguas transparentes y las rocas graníticas asomando entre las palmeras. Pero no os equivoquéis, como dije en el primer post de presentación de esta Gran Ruta, esa es sólo la puerta turística de entrada a un mundo de naturaleza rebosante y en muchas ocasiones, apabullante.



Fotos superiores. Source d'Argent




A La Digue se llega en barco. Sólo en barco. Desde Praslin el barco sale del puerto de Baie St. Ainne, junto al muelle desde el que ayer zarpé hacia isla de Coco. El recorrido pues desde el hotel hasta el puerto ya me es familiar. Hay transporte regular en un ferry que enlaza ambas islas en menos de 1 hora. En el puerto espera los “taxis” necesarios para moverse por la isla. He aquí la primera diferencia con el mundanal ruido: en La Digue no hay coches. Sólo bicicletas y los taxis “oficiales” que no son otra cosa que carros tirados por bueyes. En La Digue, aunque uno quiera, se acaba contagiando de la paz del lugar.

 
¿Qué hacer y visitar? Pues aquí os dejo toda la información sobre este paraíso del mundo.



Desde source d’Argent me marcho a otra de sus increíbles playas: Grand Anse. Son apenas 2 kilómetros de separación. Se llega enseguida (lo de enseguida es a ritmo de buey…) a la playa Grand Anse, de aguas más batidas por su orientación pero de intensos colores azules. Diferente. El restaurante Loutier Coco me recibe al borde de la arena (WP.GR.1.17). Es el mejor lugar para comer y así lo hago. Os recomiendo caminar por la arena hasta el final de la playa y tomar el senderito que permite acceder a la siguiente playa Petit Anse (WP.GR.1.18), igual de bella y con su lengua de roca aflorando en el extremo distal. Viendo el tamaño de ambas tengo serias dudas de cual es la grande y cual la pequeña. Todavía hay una tercera playa, Anse Cocos (WP.GR.1.19). Una vez más un conjunto playero paradisíaco.

A última hora de la tarde, tengo que regresar. Es duro, pero hay que hacerlo. Esperaba con ganas el día de hoy y desde luego ha sido inolvidable. Pero todavía me queda otra sorpresa antes de tomar el barco. Una parada que tenía muchas ganas de realizar: la Reserva Natural Especial the Veuve (WP.GR.1.20), un bosque en el que viven los últimos ejemplares del elegante papamoscas del paraíso. Un ave negra con larga cola bifurcada.
El bosque se recorre mediante un pequeño sendero y supone la mejor despedida de la isla cuyo espíritu libre, mezcla de hippie y rasta, ha sido llevada a la gran pantalla en películas como la erótica Enmanuelle, cuya casa permanece en perfecto estado y visitable, junto a la plantación y cooperativa de aceite, a las puertas de Source d’Argent (WP.GR.1.21). En el muelle (Jetté, WP.GR.1.22), el barco ya está esperando. Es ahora cuando una terrible duda me asalta la cabeza ¿debo tomarlo o lo dejo todo y me quedo en la Digue? El sentido común me hace subirme a ese barco, no se si algún día lo tomaré de vuelta…

 Way Points:


WP.GR.1.16. 40 M369783 E9516863


WP.GR.1.17. 40 M371666 E9516507


WP.GR.1.18. 40 M37205043 E9516791


WP.GR.1.19. 40 M372487 E9517280


WP.GR.1.20. 40 M370337 E9518197


WP.GR.1.21. 40 M370337 E9518197


WP.GR.1.22. 40 M370032 E9519234




Papamoscas del paraíso.

sendero en la reserva Le Veuve

Puerto de La Digue


Grand Anse


viernes, 14 de enero de 2011

5º día Seychelles. Parque nacional Isla de Coco y playa Georgette


Anse Georgette


Conducción Lemuria resort-muelle Baie Ste. Anne-Lemuria resort: 30 kilómetros


El quinto día en el paraíso (¿quinto? que rápido pasa el tiempo cuando uno está disfrutando), lo iba a destinar a disfrutar precisamente de eso, del paraíso. Un día más o menos de relax (que no inactivo) en el que visitar por la mañana el parque nacional de Isla de Coco y relajarme por la tarde en otra de las playas de ensueño del archipiélago, una de las tres del propio hotel: anse Georgette.




Para llegar a isla del Coco hay que navegar. Es un diminuto islote (bueno tres) con fondos marinos de locura que ofrecen las agencias locales como excursión idónea para el snorkeling. No se equivocan. Cubro los escasos 15 kilómetros que me separan del puerto de la Bahía Ste. Anne, junto a la playa Lamour (WP.GR.1.13). As este mismo puerto he de regresar mañana para ir a La Digue (que ganas) pero de momento hoy lo hago para embarcarme en el catamarán que me llevará hasta el parque nacional isla de Coco.


Isla de Coco





Es un trayecto de aproximadamente 1 hora de cómoda navegación hasta este islote que emerge entre las islas de Les Seouers y Felicité. Al llegar, el barco fondea frente al pequeño saliente rocoso con palmeras y una playa de arena, que es todo cuanto hay en Coco (WP.GR.1.14) y me dispongo a disfrutar de un par de horas de snorkeling en el arrecife de coral envuelto entre bancos de peces de colores de todos los tamaños y la compañía esporádica de alguna tortuga marina. Aquí os detallo algo más del lugar.




Ha sido una mañana más intensa de lo esperado. Seychelles siempre sorprende de forma grata. De regreso al muelle, donde espera el coche, retorno al hotel para, ahora así, hacer –al menos durante una tarde- aquello a lo que casi todo el mundo que viene a Seychelles se dedica días enteros. Tomar el sol y disfrutar de las playas.






El segundo día el gerente del hotel me había preguntado si había estado ya en Anse Georgette, “la playa secreta” como él la definió. El lodge está orientado al suroeste, entre las playas de Kerlan (kilométrica) y Petit Kerlan (una cala en realidad). A su espalda se ubica la montaña y un campo de golf que quienes saben de este deporte (me confieso poco pródigo en las artes del golf), dicen que cuenta con uno de los hoyos más complejos del mundo. Personalmente, lo que más me interesa del campo de golf es que es el acceso a Anse Georgette (WP.GR.1.15).


Lo de secreta, supongo, se refiere a que si nadie te informa de que existe, no repararías en que existe. Quizá también a que después de visitarla es mejor que no se lo cuente a nadie… pero eso después de visitarla ¡qué playa! De nuevo una postal con arena blanca cegadora de la que emergen en los costados rocas graníticas rosadas y un fondo de palmeras que contrasta con todos los tonos posibles de agua. No podía haber sitio mejor para pasar la tarde… y si me traen la cena, también la noche.


Muelle en Baie Ste. Anne




Lista de Way Points:


WP.GR.1.13. 40 M362962 E9519387


WP.GR.1.14. 40 M374055 E9523262


WP.GR.1.15. 40 M353617 E9525140

jueves, 13 de enero de 2011

GPS y pies de foto en el blog




Con permiso, abro un paréntesis en la serie de post dedicados a la Gran Ruta de ecotouring por las islas Seychelles para apuntaros algunas novedades en el blog. Como habréis podido comprobar en el último post he considerado oportuno incluir un par de cosas que creo ayudarán bastante al seguimiento y localización de la información para aquellos queráis ir a Seychelles. Me refiero a los pies de foto, que siempre ayudan a localizar lugares, aportar algún comentario a colación o simplemente reforzar lo escrito en el texto del post.

Además he incluido también geoposicionamiento de los lugares de relevancia descritos. Así sabréis exactamente con sus coordenadas GPS dónde está el lugar al que hago referencia y si lo cargáis en vuestro GPS cuando estéis por allí… ya tenéis el track de la Gran Ruta (por lo menos de los puntos más importantes). Me parecen dos valores añadidos importantes a los post (tanto los pies de foto como los Way Points GPS) así que a partir de ahora los incorporaré en el resto de futuras Grandes Rutas. Espero os sean de utilidad.






Y dicho esto, os dejo con una foto mia “en acción” precisamente durante la realización de esta Gran Ruta por las islas Seychelles…

miércoles, 12 de enero de 2011

4º día Seychelles. Islas de Praslin, Curieuse y Cousin


Playa de Cousin

Kilómetros conducción vuelta a Praslin: 80 kilómetros

Hoy es un día completo. Voy a visitar dos islas de naturaleza rebosante: Curieuse y Cousin y para ello he de recorrer por completo la isla de Praslin, así que más no se puede pedir. Ya tengo la oferta de 3x2. Para cubrir el día de hoy necesito coche y barco… otro buen día de ecotouring.
Las empresas y agencias locales ofrecen la visita del parque nacional marítimo-terrestre de la isla de Curieuse y la Reserva de Cousin normalmente de forma conjunta. Primero se empieza por Curieuse a poca distancia de navegación de la playa de L’Hirondelle, desde donde parten las excursiones (WP.GR.1.8) y más tarde se continúa la navegación hacia Cousin para regresar a comer a la playa de Anse Lazio, otra de las joyitas de Seychelles si de playas hablamos.

 He quedado a las 9 de la mañana en L’Hirondelle, a 45 minutos del hotel (40 kilómetros). Se encuentra al otro lado de la isla, así que es preciso conducir por la única carretera existente hacia el sureste y luego cruzar a la vertiente norte de Praslin atravesando el parque nacional Praslin. Es una gozada tan sólo pasar junto a la entrada del valle de Mai. En las inmediaciones del aparcamiento del centro de visitantes de este parque nacional es un buen lugar para la observación del loro negro, así que salgo con tiempo para parar un ratito en este aparcamiento (WP.GR.1.7) y en efecto, puedo deleitarme con el vuelo de alguna pareja del escaso loro de Seychelles. El aparcamiento está a mitad de camino así que prosigo ruta, transponiendo las montañas hacia las turquesas aguas de L’Hirondelle, en la zona de Cote d’or, donde se localizan la mayoría de hoteles de la isla.


Playa de San José. Curieuse




Fiel a la cita, allí me están esperando en la playa, mi patrón aguarda mostrándome un tiburón por la cola. Esta gente se gana la vida también como pescadores y acaba de regresar de un día que parece que no ha podido comenzar mejor para él. No tanto para el tiburón.

 



Pronto ponemos rumbo a la playa (no hay muelle ni puerto; WP.GR.1.9), en la bahía Laraie, en la que desembarcaremos para visitar el parque nacional Curieuse. Esta isla es famosa por las tortugas gigantes de Aldabra que aquí habitan y las que se estudia desde un centro específico junto a la propia playa, pero sobretodo es célebre como zona de cría para las tortugas marinas. Un lugar idóneo para verlas a plena luz del día es la playa San José. Un sendero comunica ambas playas y finaliza en la llamada Casa del Doctor, junto a la playa (WP.GR.1.10).



Un par de horas después estamos de nuevo en el bote camino de la Reserva de Cousin, y pasamos frente a la playa de San José, que es casi tanto o más espectacular desde el agua.


En 30 minutos de navegación pasamos frente a la costa de Praslin para girar hacia el sureste y llegar a la pequeña Reserva de Cousin. Pocos lugares de tan reducidas dimensiones albergan tanta vida silvestre. Desde tortugas terrestres hasta tortugas marinas e infinidad de aves marinas y terrestres. Destaca la colonia de cría de tortuga carey y del pájaro tropical con su esbelto porte blanco y cola largamente bifurcada. Os dejo aquí el enlace en el que explico el desembarco y la visita a Cousin. No tiene desperdicio ni lo uno ni lo otro. Todo empieza bajo la estructura metálica en la que resguardarse de la fuerte insolación (WP.GR.1.11)…

 Algo menos de un par de horas después, tiempo suficiente para recorrer el sendero principal que se adentra en el interior selvático de esta diminuta isla, es hora de regresar a Praslin. En lugar de devolverme a L’Hirondelle les he pedido que me lleven a Anse Lazio para conocerla. Anse Lazio está considerada una de las mejores playas de Seychelles. Una vez allí puedo aseguraros que no se equivocan lo más mínimo. En realidad no hace falta ni llegar para darse cuenta de ello. Sólo la aproximación por mar ya deja constancia de lo espectacular del lugar. Aquí tampoco hay muelle, ni falta que hace ¿hay algo mejor que tirarse al mar y llegar nadando en estas aguas cristalinas? En la margen norte de la playa hay un bar restaurante (Bon Bon Plume) donde comer algo (WP.GR.1.12). El marco, no me negaréis que invita a una larga sobremesa.
A ambos lados de esta magnífica playa de arena blanca emergen algunas rocas graníticas de tonos rosados que nos recuerdan la naturaleza del archipiélago. De nuevo otro magnífico aperitivo antes de llegar en un par de días a La Digue. Pero quiero ser justo con Anse Lazio y calificarla de aperitivo no es apropiado. Es, por méritos propios, al menos un buen primer plato del menú de mejores playas de Seychelles que os desvelaré el último día…



Anse Lazio no se encuentra a más de 5 kilómetros en línea recta del Lemuria resort pero no hay carretera, así que a desandar camino toca y recorrer de nuevo todo el perímetro de la isla. Algo que en absoluto me importa. Como dije al principio día largo pero muy gratificante con algunos de los safaris fotográficos más impresionantes del Índico.





 Way Points. GPS


WP.GR.1.8. 40 M361018 E9522794


WP.GR.1.9. 40 M359254 E9526361


WP.GR.1.10. 40 M358718 E9525586


WP.GR.1.11. 40 M351722 E9521425


WP.GR.1.12. 40 M356021 E9525373



Anse Lazio


Bon Bon Plume




Tortuga gigante de Aldabra

lunes, 10 de enero de 2011

3º día Seychelles. Parque Nacional Praslin y Reserva Valle de Mai




En la terminal del aeropuerto de vuelos domésticos de Victoria, anexa a la internacional, el avión de Air Seychelles esperaba puntual. La exótica decoración del fuselaje ya prometía bastante y decía mucho del lugar al que me dirigía. Debe ser uno de los pocos aviones a los que viendo su aspecto exterior a uno le entran ganas de subirse. No me negaréis que no da "buen rollo" (aunque no suele decirse con frecuencia de los aviones...)


Veinte minutos después de despegar ya estaba aterrizando en Praslin. Praslin es la segunda isla en cuanto a tamaño e importancia del archipiélago de las Seychelles. Después de conocerla os la recomiendo también como lugar de estancia si decidís acercaros hasta este paraíso del Índico. La oferta hotelera no es excesiva (ni siquiera mucha), pero es variada y, sobretodo se trata de una isla bien situada para realizar excursiones. Yo tuve la suerte (cosas de ir de trabajo) de alojarme en el más lujoso de la isla, el Lemuria resort. (WP.GR.1.6)






Los 38 kilómetros cuadrados de la isla dan mucho de si como pude comprobar en los siguientes días, pero de entrada, cuando uno llega a Praslin es inevitable pasar por alto una visita al parque nacional Praslin, enclavado en el centro de la isla y famoso por varias cosas. Citaré sólo dos; alberga el valle de Mai (WP.GR.1.7), donde crecen las palmeras que producen los extraños coco de mer. Son únicos en el mundo por su situación (sólo aquí y en menor medida en alguna isla vecina) pero especialmente por su tamaño y aspecto. Es el coco más sexual que existe. La segunda cosa importante que os comento es la existencia de la mayor población de loro negro de Seychelles. Ave endémica del país y casi exclusiva de este espacio natural protegido.






En el parque nacional de Praslin eché más tiempo del previsto, dejándome seducir por su selvático bosque de palmeras, por la incesante actividad de sus gekos succionando los frutos y las flores de diversas plantas, jugando a descubrir la silueta de los loros negros en el dosel arbóreo y terminando de asimilar el brutal tamaño de los cocos. Normalmente se visita en un par de horas, sea cual sea el recorrido y sendero escogido, pero pasé al menos cuatro embelesado. Y hubieran sido más si no fuera porque tenía que ir al hotel a registrarme.


Las distancias son pequeñas en Praslin. En media hora estaba en la recepción y una hora después tumbado en la piscina de horizonte disponiéndome a contemplar una de las inolvidables puestas de sol que se disfrutan desde este hotel gracias a su orientación a poniente.


Desde el hotel, casi al alcance de la mano, se contempla el perfil de una isla cercana. Es Cousin, mi destino final para mañana.



WP.GR.1.6. 40 M360177 E9524692
WP.GR.1.7. 40 M360177 E9521063

viernes, 7 de enero de 2011

2º día. Seychelles: Mahe y Parque nacional Morne Seychellois


2º día. Ecotouring Seychelles: Vuelta a Mahe y Parque nacional Morne Seychellois: 100 kilómetros

Mahe es una isla pequeña pero es la mayor de cuantas componen el archipiélago de las islas Seychelles. Es la que alberga la capital, Victoria, y el aeropuerto internacional. Aunque de contorno muy labrado, Mahe tiene un contorno más o menos rectangular. Un rectángulo puesto de pie, con la capital al norte y Quatre Bornes al sur. Existe una carretera que permite casi circunvalar el perímetro insular y que va a ser la que me sirva de hilo conductor para la segunda jornada de estancia en Seychelles. Son aproximadamente 100 kilómetros de recorrido, un recorrido con muchas curvas y bellos paisajes.


El punto de inicio y final, como no puede ser menos será Victoria. Desde la capital de Seychelles existe una carretera que se dirige al noreste y recorre la península septentrional de la isla. Al principio la panorámica me resulta familiar, pues la carretera, paralela a la costa, da vistas al Parque nacional Marino de Sainte Anne, así pues lo que tengo ante mi es el estrecho por el que pasan los barcos camino del puerto de Victoria. Tras superar Anse Nord’est, que como su propio nombre indica es la playa del Noreste, la carretera llega a la punta de la península, el extremo más septentrional de Mahe, y comienza el regreso a Victoria por el oeste pasando por Machabee y Vista do Mar. Desde luego las vistas al mar se tienen pero faltan las grandes playas. Es un tramo rocoso con pequeñas calas paradisíacas, como las del hotel Hilton.


 De regreso a la capital es hora de dirigirse hacia el oeste y sur de la isla cruzando el montañoso y espectacular paisaje del Parque nacional Morne Seychellois. Este espacio natural protegido, el único parque nacional del interior de la isla ocupa la mitad noroccidental de Mahe (3.045 hectáreas) y está presidido por los casi 1.000 metros de altitud de la montaña que da nombre al espacio natural. Es el mayor parque nacional terrestre del país.



La carretera Sans Soucise, sinuosa, atraviesa el corazón del parque y permite acercarse hasta algunos de sus puntos más interesantes. Os recomiendo parar junto a las ruinas de la misión de Venn’s Town (WP.GR.1.2). Allí podéis realizar el sendero 1 –corto- como toma de contacto. En el parque nacional hay 9 senderos bien señalizados y acondicionados repartidos a lo largo y ancho de la superficie del parque. Aparte de las ruinas destaca la zona en la que crecen infinidad de plantas endémicas y plantas de especias (no olvidéis que Seychelles es una pieza clave de la ruta de las Especias en el Índico; destacan entre otras la pimienta y la vainilla). Al final del recorrido un banco de madera invita a sentarse y dedicar un buen rato a contemplar el panorama sobre el valle de Grand Ansé o simplemente… no haciendo nada.




De regreso al coche y al asfalto de la estrecha carretera, comenzamos el descenso hacia el suroeste de la isla. Muy pronto se llega a Port Glaud, al nivel del mar. Desde aquí tenemos dos opciones. La primera es girar a la izquierda en una carretera de ida y vuelta (sin salida) que continúa por terrenos del parque nacional (entorno de Port Laundry y Baie Ternay), frente a las islas Teresa y Concepción.


La segunda opción (lo mejor es hacer las dos opciones) es girar a la derecha hacia Grand Ansé. A partir de ahora a lo largo del recorrido meridional de Mahe tomaremos contacto con las playas en las que afloran los bloques de granito y en las que la selva de palmeras llega casi hasta el agua. Es como digo el aperitivo de lo que unos días más tarde me aguarda en La Digue.

 A partir de Grand Anse cada vez hay más playas y pequeñas bahías: Anse Boileau, Anse A la Mouche, Baie Lazare. Anse Takamaka es un buen lugar para comer a pie de playa en un pequeño pero coqueto restaurante. Os recomiendo la terraza del Chez Batista en un lateral de la playa (WP.GR.1.3). 


Desde Takamaka dejamos para la tarde la parte oriental de Mahe a la que cruzamos de nuevo, esta vez con menos curvas, a través de la población Quatre Bornes. Desde Anse Marie Luoise y Anse Forbans comenzamos a subir pegados al mar y siempre hacia el norte por Anse Royale, Anse Aux Pinse y pasando junto al aeropuerto antes de regresar a Victoria. Un día completo y largo.
 
Mahe tienen infinidad de calas y playas, muchas accesibles por caminos y senderos, a las que podéis dirigiros, pero eso está siempre en función del tiempo y las ganas. Si podéis os recomiendo el sendero número 5, que bordea el litoral del parque nacional desde la Baie Termay (WP.GR.1.4) hasta Beau Vallon (WP.GR.1.5). Atraviesa barrancos y pequeñas playas de ensueño (Anse Major) pero requiere de un mínimo de logística (salvo que lo hagamos ida y vuelta) pues a Beau Vallon se accede por otra carretera desde Victoria. Bien es cierto que hasta Baie Ternay hay servicio de autobuses, lo que siempre ayuda en el tema de comunicaciones.


 Y mañana… cambio de isla. Rumbo a Praslin, la segunda más grande de Seychelles y con una naturaleza desbordante.







WP.GR.1.2. 40 M326682 E9484880
WP.GR.1.3. 40 M333023 E9471677
WP.GR.1.4. 40 M320385 E9486834
WP.GR.1.5. 40 M322972 E9489199

martes, 4 de enero de 2011

1º día Seychelles. Parque nacional Sainte Anne



1º día en el paraíso. Llegada a Victoria (Mahe) y Parque nacional Sainte Anne.



A primera hora de la mañana, casi de madrugada, el avión de Qatar Airways que me transportaba sobrevolaba de improviso un mar azul turquesa y unas islas diminutas que quedaban a la izquierda del avión. Al final se vislumbraba la pista de aterrizaje, en parte ganada al mar. Gracias a que a las 6,30 h. de la mañana aquí el sol ya brilla, el paraíso se abría ante mis ojos. Las pequeñas islas eran el parque nacional marino de Sainte Anne y el costado norte de la isla de Mahe, la isla más grande del archipiélago de Seychelles. A las 6,30 h. ponía puntual un pie en el paraíso, con todo el día por delante para reponerme del vuelo, adaptarme al cambio horario y dejarme cautivar, cosa que hice pronto, por los encantos de la mayor de las 155 islas que forman el archipiélago.






La capital Victoria es una ciudad pequeña, bonita, en la que se respira un ambiente relajado y es posible disfrutar de la arquitectura colonial en la iglesia y alguna mansión, y de la vida que bulle en el mercado. En los puestos del vistoso mercado de Seychelles se cuece la vida de la capital.

Hace ya años que me di cuenta (y lo cumplo a rajatabla por muy largo o agotador que sea un vuelo internacional), que la única manera de vencer al jetlag es aliarse con él, es decir, unirse a la vida y horario local sea cual sea el momento del aterrizaje. Así que después de tomar algo en el restaurante Le Redezvous a modo de desayuno, frente a la plaza donde se enclava la réplica en miniatura del famoso reloj londinense, me dirijo al puerto de Victoria dispuesto a tomar el bote que me cruzará, en apenas 10 minutos, a la isla Sainte Anne (WP. GR 1.1) en la que se levanta el Sainte Anne resort, el único alojamiento en el parque nacional marino de Sainte Anne.

 Toca acomodarse, cosa que no es difícil en un hotel como éste, y prepararse para disfrutar de la tarde, que promete ser intensa, en las aguas y alguna isla del parque nacional.


Enfrente se levanta poderoso el perfil verde y sinuoso de Mahe, en un paisaje que me recuerda, por momentos, a las siluetas de las islas de la Polinesia francesa. Aguas cristalinas, azules, esmeraldas… y montañas de un frondoso verde como telón de fondo.

 No hay que esperar mucho para tener un primer contacto con la fauna local, especialmente marina en este espacio natural protegido. Entrando al muelle del resort escoltan la embarcación varias decenas de rayas. Es sólo el principio, como pude comprobar más tarde en el arrecife de coral. Aquí os cuento algo más del parque nacional Sainte Anne.






Tras la puesta de sol, ahora si comienza a notarse el cansancio del primer día. Toca cenar pronto y reponer fuerzas para mañana. El interior de Mahe me espera.






Qué es WP? coordenadas localización GPS (Way Point)
WP GR 1.1. Huso 40 M333325 E9490291