jueves, 1 de agosto de 2013

1ª Etapa. Arenas de Cabrales - Tielve por la calzada del Caoru



12 km. Unas 8-9 horas


La verdad es que no quiero imaginarme de soldado romano subiendo estas laderas con no se con cuantos kilos de peso de armadura… la etapa del Caoru no es una de las más largas, ni mucho menos, pero si salva un desnivel importante. Es por este motivo por el que al ser la primera del recorrido propongo concluirla en Tielve y no prolongarla hasta Sotres, aunque si prefieres prolongarla, no es mala opción. Como primer día creo que los casi 1.100 metros de desnivel positivo (subida) y 500 negativo (bajada) son suficientes. La ruta suele realizarse al contrario, de Tielve a Arenas, pero no procede en el sentido de la marcha que esta jornada comienza.

 

Arenas de Cabrales (Las Arenas) es una localidad con todas las necesidades comodidades en cuanto alojamiento y servicios. Aunque más pequeña, también Tielve. Los primeros pasos de la ruta se encaminan en dirección a Poncebos por la carretera que lleva hasta la garganta del Cares. Pasada la Cueva Museo del Queso de Cabrales, encontraréis a la izquierda de la carretera, bien señalizado, el camino de la calzada romana de Caoru.

 


Desde este punto la ruta sube de forma permanente primero entre castaños y luego por terreno abierto a lo largo de casi 9 kilómetros hasta el Collado Pasadoiro (1.200 m. de altitud). Es una subida tendida (la mayor dureza en los seis primeros), con vistas a la garganta del Cares en su primera parte y poco a poco a las cimas calcáreas de Picos. El contacto con las losas empedradas de la calzada se tiene periódicamente. En algunos lugares ésta describe lazadas imposibles para amoldarse al terreno.

 

Se superan un par de collados (Castiello y Pellitero) antes de arribar al Pasadoiro. Desde el collado Castiello se tiene una buena visión hacia el norte, hacia el pueblo de Arenas, y la sierra del Cuera. En el tramo entre el collado Pellitero, donde las cumbres se abren de pronto y parecen poder tocarse con la mano, y el collado Pasadoiro el desnivel se suaviza notablemente. Al llegar a Pellitero, lo peor de la subida ya ha pasado y la pendiente casi desaparece. Se observa Peña maí en primer término y tras ella las cimas del macizo central (aunque llegan a verse los tres). Abajo el río Duje. Por el camino se atraviesan majadas (Tambrín, Umardo y por último Tordín) en un ambiente solitario de pastos y ganadería típica de Picos.

 

Desde el collado Pasadoiro restan 2 kilómetros de vertical descenso, ya dentro de los límites del Parque Nacional Picos de Europa. En apenas 2.000 metros de recorrido se salvan 500 de desnivel. El mejor tramo de la calzada lo encontrarás al poco de iniciar la bajada hacia Tielve. Con las piernas fatigadas y en pronunciada bajada, sólo resta atravesar la majada Valfrío y encontrar las primeras casas de Tielve.

 

De los 12 kilómetros de recorrido, que está señalizado como PR-AS-127 (seguir las señales blancas y amarillas) algo más de la mitad transcurre por calzada romana y 5,5 por senda.

 


Cuando realicé esta etapa una extraña nube lenticular quedó colgada un buen rato en el cielo. No se si a modo de faro guía. En cualquier caso lo tomé como una señal de buen augurio para esta Gran Ruta Panorámica Circular. Muy pronto, entró una niebla feroz que me impidió sacar fotos. Ni buenas, ni malas. Esto me recordó que el tiempo en Picos cambia rápidamente. Siempre hay que llevar ropa de abrigo y agua, aunque de pronto la niebla desaparezca y luzca un sol envidiable… Esta etapa no es pues la más lucida fotográficamente (sorry), pero afortunadamente la cosa fue a mejor.

 
Tielve, al pie de la sierra de Portudera

La primera etapa de la ruta supone un contacto directo con el ambiente de Picos que tan familiar nos será en los próximos días. Cabañas para el ganado (majadas), praderas de montaña, roca, bosques… y aldeas de ensueño enclavadas en lugares mágicos. Proporciona también el contacto con el pasado histórico de la zona. En esta ocasión con la calzada romana que el Imperio construyó cruzando la sierra de Portudera para tratar en vano de conquistar a los astures. Gracias Pelayo.

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