lunes, 19 de julio de 2010

5ª Etapa. Puente la Reina/Gares – Estella/Lizarra



Unión de Caminos
23 km.



Y del trigo al viñedo. Ya en Puente la Reina, en la etapa de ayer, comienzan a hacer su aparición las viñas. Serán fiel compañero en buena parte del trazado de la quinta etapa. En esta tierra hay buen vino, preludio de que me acerco a La Rioja, aunque todavía faltan un par de jornadas. Lo más destacable de esta etapa es que se pasa por buenos pueblos, de considerable tamaño, en los que aprovisionarse de comida y bebida. No es preciso pues ir excesivamente cargado. No obstante hace bastante calor, así que no olvidar de entrada llenar la cantimplora.

Cruzo el río Arga por el fabuloso puente románico de Puente la Reina y me dirijo hacia Mañeru y su cruceiro –hoy envuelto por el cinturón de carreteras que forman la autovía y la nacional- en la entrada de la localidad. El día acaba de empezar y paso casi sin detenerme por este bonito pueblo navarro en el que destaca su iglesia de San Pedro y algunos palacios para llegar a Cirauqui. Cirauqui está en un pequeño alto y el Camino ofrece al peregrino a la salida del pueblo los primeros pasos de transitar por una calzada romana. Algún tramo está bien conservado; y para terminarla de ambientar se ha plantado una hilera de cipreses en un costado (foto). La calzada baja hasta el puente de un solo arco (bastante destruido) pero que todavía ofrece una idea de lo que fue si observamos su parte derecha. Pero antes de llegar a la calzada, en el centro del pueblo pasaremos junto a la iglesia fortaleza de San Román y el arte barroco de la fachada del ayuntamiento y la iglesia de Santa Catalina. Se cruza la autovía varias veces en busca de la localidad de Lorca, con su puente medieval de dos arcos y, ya en el pueblo, la iglesia del Salvador.



La siguiente cita jacobea la tengo en Villatuerta. Es una población mediana y tiene de todo un poco: iglesia gótica de la Asunción, puente románico (a la entrada) y resto de lo que fue un monasterio llevado a Leire (a la salida). De él hoy sólo queda la ermita de San Miguel. En el centro del pueblo se encuentran dos desvíos del Camino. Uno evita Estella y va directamente a Irache por Noveleta y el otro, por el que me encamino, sigue hasta la cercana Estella pasando junto a la mencionada ermita de San Miguel. A menos que se vaya con demasiada prisa sería un pecado no pasar por Estella, localidad hermanada con Sain-Jean-Pied-de-Port. Aunque se tenga mucha prisa, también lo sería.



Entro a Estella/Lizarra dejando a la izquierda la iglesia del Santo Sepulcro hasta su estilizado puente de la Cárcel (foto), que me adentra en una ciudad medieval bucólica. Desde el puente, arriba a la izquierda se observa el convento de Santo Domingo y la iglesia de Santa María Jus del Castillo. Una delicia pasear por la Rua Curtidores (foto) hasta la plaza de San Martín, donde se aglutinan un buen número de monumentos por metro cuadrado: la fuente de los Chorros, el antiguo ayuntamiento y la iglesia de San Pedro de la Rua. Al final, el portal de Castilla.
La rúa que antaño frecuentaban los curtidores por ser paralela al río Ega es hoy la que mejor representa la imagen medieval de la localidad. En apenas trescientos metros se pasa junto al palacio del Gobernador (actual Museo de la historia del Carlismo) y el Palacio de los S. Cristóbal (casa de la Cultura Fray Diego). Antes, entro en el albergue municipal, casi esquina con el puente, y me llama la atención el sosegado ambiente de música gregoriana, velas y tranquilidad… Algunos peregrinos aprovechan para leer y relajarse incluso en la recepción del establecimiento.



Y caminando por la rúa me cruzo con muchos peregrinos pero me detengo a conversar con uno muy peculiar (foto). Con túnica, crucifijo, bastón y mochila, es ítalo-suizo y resulta que lleva tres años caminando por Europa tras los centros de peregrinación más importantes (Roma, Lourdes, Santiago…). Charlé con él apenas tres minutos, pero el tipo radiaba paz y rebosaba felicidad por todos lados.
Otros albergues en Estella son el Albergue Parroquial de San Miguel y el Albergue de la Asociación ANFAS. Y claro, con tanto ambiente celestial es hora de retirarme a descansar, que falta va haciendo.

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