martes, 20 de julio de 2010

6ª Etapa. Estella/Lizarra – Los Arcos



Ni con vino se remedia el calor
22,1 km.


La sexta etapa es bonita, como todas hasta ahora. Variada en el paisaje y con bellas poblaciones a su paso. La etapa de hoy me ha deparado sol, mucho calor en un mes de julio muy caluroso, pero también la nota simpática de un trago de vino celestial.
Como siempre que se hace el Camino de Santiago en verano recomiendo madrugar. El calor va haciendo mella.

Salgo temprano de Estella por la rúa del camino de Logroño y cuando me quiero dar cuenta estoy andando por las calles de Ayegui. Si no fuera por el cartel que anuncia la entrada en la población, juraría que todavía iría caminando por Estella, pues las casas de esta última se continúan con las de la primera.
La primera parada interesante la encontramos en Irache, junto al monasterio que emerge poderoso sobre el paisaje. Anexo al monasterio y su bella fachada (foto), se encuentra la fuente más famosa del Camino ¿por qué? Porque no mana agua sino vino (mira, me ha quedado incluso en verso…). Las bodegas de Irache tienen la gentileza de ayudar al peregrino en su duro caminar con un trago de vino. Para ello han dispuesto en la ruta una fuente con dos grifos en forma de vieira en la que echar un trago. Y digo bien un trago porque la fuente tiene dosificador (y webcam), que si no imagino que alguno concluiría aquí su peregrinar…



Pasado el monasterio se encuentra la población de Irache. Antes de entrar es posible unirse a la variante que viene Villatuerta (ver etapa 5ª) y rodear el pueblo por la izquierda. Yo prefiero seguir por la variante que lo rodea por la derecha y que, aunque transcurre paralela a la nacional, me lleva a Azqueta y Villamayor de Monjardín, una preciosa localidad a los pies de un cerro piramidal (894 m.) coronado por el castillo. Antes, en la salida de Irache (pasado el hotel Irache) me llama la atención un cartel que indica Museo y centro de Interpretación de la Trufa (Metauten, a 7 km.). Las piernas no están para meter 14 kilómetros más a la ruta, pero ahí lo dejo y espero en una próxima ocasión quitarme la curiosidad.



Villamayor (fuente de los Moros a la entrada del pueblo, ermita de San Esteban, iglesia de San Andrés) ofrece también la posibilidad de rodear la Peña Anclía por su derecha pasando por la ermita del Calvario –más tranquilo y natural-, o bien bajar hacia la nacional y hacerlo cerca de Urbiola en un camino que se une un poco más adelante al que viene de Irache y Luquín desde Villatuerta. Uno y otro llevan hasta la bonita población de Los Arcos con sus palacios barrocos, la casa de la villa, el consistorio, el puente sobre el Odrón y el bello conjunto formado por la plaza porticada de Santa María, la iglesia de Santa María y el portal del Castilla (foto). Vale mucho la pena entrar en el templo de Santa María, no sólo porque es el lugar de sellado, sino sobretodo por la belleza interior de la iglesia. Quizá el interior que más me ha sorprendido hasta ahora.
A la salida de la iglesia las sombrillas de una terraza, donde ya algunos peregrinos han pensado lo mismo que yo, mis pies se encaminan sin remedio hasta la primera mesa libre. Me he ganado un descanso y algo fresquito… Enfrente hay un pequeño supermercado y a la vuelta de la esquina está la agradable pensión Mavi. Toca descansar.



Los Arcos tiene también albergue municipal Isaac Jacoben la antigua escuela y tres privados: albergue La Fuente-Casa Austria , albergue Romero y albergue Casa Alberdi, el hotel rural Suestxe y los hoteles Mónaco y Ezequiel. También hay camping.

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