lunes, 13 de diciembre de 2010

6º día. Hacia el Cabo Norte



Karasjok – Honingsvag: 237 km.

Hoy tenemos por delante un día de conducción. El más largo en lo que a kilometraje se refiere. No hay que olvidar que transitamos por la tundra y la conducción sobre nieve y hielo requiere de paciencia, destreza y nada de prisa… Hay que recorrer casi el doble de kilómetros que ningún día, pero después de la intensa jornada anterior en la que apenas tocamos el coche y si las motos de nieve, los trineos de perros… y los de renos, estamos con ganas de ponernos de nuevo en ruta por estos espectaculares paisajes. Hoy llegaremos a la costa, a Honningsvag. A los pies del Cabo Norte. El sueño se toca cada vez más cerca.



 

Antes de salir decidimos emplear un buen rato en conocer Sami Park, el parque temático dedicado a exponer la cultura sami. Vale la pena y siempre se aprenden muchas cosas nuevas sobre esta etnia tan singular. Me interesó especialmente todo lo relevante a los chamanes y sus ritos. También en Karasjok se encuentra la única iglesia que quedó en pie tras la Segunda Guerra Mundial.

 



Ya estamos en el coche. Depósito lleno y muchas granas por delante. El Mar de Barents nos espera. El tema del combustible es importante siempre que se conduce por tierras y paisajes desérticos en los que no siempre resulta fácil repostar e incluso encontrarse con alguien. La tundra lo es. Un desierto de nieve y hielo pero desierto al fin y al cabo. Así que siempre es muy recomendable tener el depósito lleno. Con el combustible funciona el coche pero también la calefacción…


El paisaje que tenemos por delante posee una monotonía encantadora. Pocas veces resulta tan atractivo un paisaje monótono. Kilómetros y kilómetros de blanco que termina por conquistar el espíritu aventurero y colgar el cartel de completo en el cajón espiritual de los amantes de los grandes espacios. Nosotros lo somos y por eso estamos aquí.

 Embelesados llegamos al mar. Es un paisaje sorprendente no por menos esperado. Algunas manadas de renos salvajes, sus icebergs y placas de hielo flotando en el mar de Barents. Sólo falta un oso polar subido a alguno de ellos. El cielo despunta sus últimos rayos de sol antes de adentrarnos en los túneles que cruzan bajo las aguas hasta la isla (Máhkáravju) en la que encuentra nuestro objetivo: Honningsvag, la última localidad antes de Nordkapp.


Estamos a las puertas del Cabo Norte (Nordkapp) y mañana puede ser un gran día. Al llegar al hotel de este pequeño pueblo pesquero nos comentan que la previsión meteorológica no es muy halagüeña….








2 comentarios:

  1. llegar ha cabo norte es la leche es lo mas no hay palabras

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  2. Muchas Felicidades por la meta conseguida. Es cierto que pisar el Cabo Norte tiene algo especial... gracias Mari por tu comentario y un saludo

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