15ª Etapa: Boadilla del Camino – Carrión de los Condes.

Una larga recta por Tierra de Campos
24,8 km.

La etapa de hoy es de trazado monótono pero bonita. Una primera parte marcada por la presencia del Canal de Castilla, un toque de humedad y fertilidad en este paisaje amarillo, y la iglesia de San Martín en Frómista. Después, una gran recta por camino polvoriento paralelo a la carretera, largo, caluroso y sin mayor interés que el ansiado final de etapa en Carrión de los Condes, con un puñado de interesantes monumentos jacobeos.

La experiencia me dicta que hoy toca madrugar. Por delante aguarda una etapa de largo andar sin sombra, así que mejor ponerse en marcha cuanto antes. El rollo de Boadilla me da los buenos días y comienzo a andar hacia la cercana localidad palentina de Frómista. Es un paseo agradable, el sol todavía no golpea con fuerza y además me topo enseguida con el Canal de Castilla, una faraónica construcción fluvial de compuertas, canales y esclusas que tenía la finalidad de hacer navegable Castilla hasta el mar. No llegó a cuajar pero si ha dejado un sello de identidad único en las provincias de Valladolid y Palencia. Junto al canal de agua crece un denso bosque de ribera formado preferentemente por álamos y chopos. Un bonito tramo de esclusas (foto) me recibe a la entrada de Frómista. Es un pueblo que conozco bien y que del que guardo buenos recuerdos. Mi apellido es originario de aquí (alguna raíz familiar todavía queda) y por aquí (Herrera de Pisuerga) pasé también unos buenos años en excavaciones arqueológicas durante los últimos años de época escolar.



El principal monumento jacobeo de Frómista es sin duda la joya del templo románico de San Martín (foto), excelentemente conservado. También es una de las iglesias emblema del Camino Francés. Frente a la iglesia se encuentra el hotel San Martín, la pensión Marisa y el museo del queso de Boffard. Me tomo un buen café en la terraza del hotel paladeando también cada piedra de la preciosa iglesia cuyo perfil es tan perfecto que parece una maqueta como las muchas que vende de souvenir en las tiendas de la localidad. Otros lugares de interés son la ermita de la Virgen del Otero, la iglesia de Santa María del Castillo o la de San Pedro.
No lejos de la iglesia y plaza de San Martín se encuentra el andadero que se ha de tomar para continuar la etapa. A partir de ahora se camina en paralelo al asfalto y el paisaje se torna monótono y soleado, especialmente entre Revenga de Campos y Carrión de los Condes donde el metro cuadrado de sombra llega a cotizar en bolsa a un precio desorbitado…



Sin darme cuenta llego a la ermita de San Miguel, que me indica que entro en Población de Campos. En esta localidad, cerca del puente sobre el Ucieza se encuentra la capilla del Socorro.

A partir de aquí se puede uno alejar algo del asfalto si toma la variante que va por Villovieco, (iglesia de Santa María) pero tampoco es que la cosa cambie en demasía. Ya puestos me inclino por el Camino habitual y continúo por el andadero hacia Revenga de Campos (iglesia de San Lorenzo), Villarmentero de Campos (iglesia de San Martín de Tours y un monumento al peregrino), Villalcázar de Sirga (la enorme y preciosa iglesia de Santa María la Blanca) y finalmente Carrión de los Condes.



Carrión es un magnífico final de etapa no sólo porque pone punto y final (al menos por hoy) a la rutina caminante de la segunda mitad de la etapa sino porque cuenta con todo tipo de servicios, alojamientos y por supuesto lugares de interés vinculados al Camino de Santiago. La iglesia Santa María del Camino, el monasterio de San Zoilo (hotel) y la iglesia de Santiago con la espectacular portada en la que se encuentra esculpido un pantocrator único con 22 figuras humanas de gran belleza. Otra de las joyitas del Camino.
Carrión cuenta con el albergue Santa María del Camino, el albergue privado del Espíritu Santo, el Albergue de las Clarisas y el albergue juvenil Río Carrión. También con el hostal Santiago, el hostal la Corte, la hospedería Albe y la Pensión El Resbalón, aparte del mencionado hotel 4 estrellas ubicado en el monasterio de San Zoilo, a la salida de Carrión.