12º Día. Final de la Vuelta de Ecotouring a Tenerife

Todo se acaba. Incluso lo bueno tiene un final. Han sido 12 días bien aprovechados a lo largo de un recorrido que como os comentaba en el post inicial, estaba pensado –diseño propio-, para disfrutar y conocer lo mejor de la naturaleza tinerfeña. Siempre quedan cosas en el tintero en un lugar con la variedad de paisajes y biodiversidad de esta isla. Es irremediable. Algo acrecentado sin tenemos en cuenta la cantidad de espacios naturales protegidos con los que cuenta Tenerife y que suponen un buen porcentaje de las áreas protegidas canarias.

Después de 11 días de no parar por tierra, mar y casi aire (queda pendiente para la próxima un vuelo en parapente desde Los Realejos), hoy es la última etapa. Es hora de regresar, de hacer la maleta de nuevo y dedicar el día a la logística. Toca devolver el coche de alquiler –con el que he compartido 500 kilómetros (a los que sumar los de mis piernas) y esperar al vuelo de regreso a casa. Regresaré desde el Aeropuerto Reina Sofia, el aeropuerto situado al sur de Tenerife, que queda a un tiro de piedra de El Médano.

Como sucede siempre que está a punto de concluir un recorrido de varios días la mente, de forma inconsciente (o no), hace un repaso de todo lo vivido. Ahora me doy cuenta de que ha sido mucho, afortunadamente. De haber sucumbido a la magia de los bosques de laurisilva de Anaga, de los siempre poderosos roques dispersos en varios puntos del litoral, de los barrancos imposibles de Teno, de esos compañeros de viaje que fueron los cetáceos en el sur de la isla, siempre fieles a la cita, del olor a pino y por supuesto de la fuerza del Teide. El padre Teide. Siempre presente, siempre vigilante. Volveremos a vernos sin duda. Espero que muy pronto.

Si me permitís quiero cerrar esta vuelta con la misma foto con la que la abrí, ese tajinaste rojo rebosante de diminutas flores y al fondo la magna silueta del Teide. El padre Teide.