De los 145 sitios de visita que se pueden disfrutar en el parque nacional de las Islas Galápagos,
la Bahía Gardner es uno de los que
más magia encierra. En mi caso fue pisarlo para confirmarle a mi conciencia de
que me hallaba en el auténtico paraíso terrenal. Está manejado como sitio de uso intensivo natural, de modo
que es como disfrutar de un día de playa, pero en una playa muy especial.
Desde el punto de vista natural el principal atractivo es la colonia
de lobos marinos que reside en la
playa y que es más nutrida en época reproductora. Las aves también tienen
protagonismo aunque en este caso están centradas en tres especies de pinzones de Darwin: una subespecie del
pinzón de cactus de pico grande, el pinzón de tierra de pico pequeño y el
pinzón cantor. También alguna rapaz.
La bahía es además una zona importante para la reproducción de tortugas marinas.
Después de una mañana inolvidable en Punta Suárez en contacto con las
grandes aves del parque, el ratito que pasé en compañía de los lobos marinos en
ese lugar era tan sólo un aperitivo de lo que me encontré en las arenas de esta
bahía emplazada al norte de la isla
Española.
El escenario es bien distinto. Aquí no hay senderos ni rutas
preestablecidas, sólo dos playas contiguas de arenas blancas cegadoras que
suman 1,3 kilómetros .
Tras el desembarco en mojado (es decir, no hay muelle y hay que saltar al agua
al llegar a la orilla), sólo está permitido caminar por la arena de estas
playas, pero desde luego no hace falta más para vivir una de las mejores
experiencias en la naturaleza que se pueden vivir: bañarse con lobos marinos!!!
Viendo el color de aguas, la fina arena blanca, los lobos marinos
tumbados impasibles como un turista más ávido de sol… ¿hay mejor playa en el
mundo? Muy pocas desde luego.
Pasé un largo rato fotografiando los lobos marinos en este escenario
natural sin parangón. Les fotografié desde todos los ángulos y desde todas las
posiciones; también tumbado junto a ellos.
En una parte de la playa se agrupaban algunas hembras con sus crías
recién nacidas. Algunas de ellas acababan incluso de parir en ese mismo
instante y una nube de fragatas
volaban encima de ellas como si de una rueda de buitres sobre un cadáver se
tratara. De pronto se lanzaban en picado hacia la playa para tratar de
arrebatar la placenta. Un suculento plato de nutrientes estaba en juego y la
naturaleza lo había puesto ahí, ante los ojos de las fragatas. Hubo momentos de
“tensión natural” cuando las madres trataban de proteger a su criatura… y su
placenta. Para mi la experiencia fue inolvidable.
Y a estos momentos siguieron los comentados en compañía de los lobos.
Me metía en el mar y enseguida me rodeaban, curiosos, y daban pasadas una y
otra vez frente a mi, rozándome incluso. ¿Podía haber mayor comunidad con la
naturaleza de la Bahía Gardner? Jamás olvidaré aquella tarde en el paraíso
terrenal.
Y cómo llegar hasta allí?
ResponderEliminarY cómo se organiza una visita allí?
ResponderEliminarHola ojjn, la única forma de llegar y visitar el lugar es mediante la contratación de alguno de los diferentes cruceros que operan en las islas Galápagos y que tienen parada en esta isla. En el link del parque nacional que aparece en post de esta gran ruta puedes encontrar los cruceros, su duración y recorridos. Saludos
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