miércoles, 25 de marzo de 2015

2º día. Parque nacional Bandhavgarh, safaris de mañana y tarde

El parque cuenta con una población de aprox. 55 tigres.

A pesar del cambio horario, el cansancio acumulado hace que duerma profundamente hasta que, todavía de noche, llega el momento de iniciar eso que me ha traído hasta aquí: el primer safari. Nos citamos en la recepción del lodge para tomar un café caliente con unas pastas. Entre los que allí nos juntamos sólo se habla de una cosa: ¡Qué frío hace!
La mejor época para visitar India en busca de tigres sólo tiene una pega, por poner alguna, el frío mañanero. Y es que en el safari de mañana, hasta que el sol despunta, el frío se deja sentir con fuerza. Uno, que ya es veterano, porto todo tipo de prendas de abrigo, incluso algún gorro de sobra que cedo a una persona del grupo al que esto del frío le ha pillado casi por sorpresa. Me habían avisado de la temperatura, pero no pensaba que estaríamos a bajo cero, me comenta.
Gorro polar, buen abrigo, guantes y manta se hacen tan indispensables como la propia cámara en las primeras horas de safari.
Control de acceso al parque

Enseguida nos detenemos frente a las oficinas del parque en el pueblo, donde presentamos la documentación del safari y un guía oficial del parque nacional se une a nuestro coche (obligatorio). En pocos minutos más nos hallamos frente a la puerta de entrada asignada para este safari de mañana (los accesos son Dhanyawad, Chakradhara y Jamuniya). De nuevo control del vehículo, y pasajeros, para comprobar que coincide con los nombres, fecha y puerta de los permisos y… se levanta la barrera. ¡Comienza la aventura!
Vehículo de safari entre los árboles de sal

Nada más pasar la barrera de acceso el pulso se acelera, estamos en territorio de tigres y probablemente en el mejor parque para observarlos. El coche va abriéndose paso por la pista flanqueada de árboles de sal y bambúes mientras en el ambiente se palpa el nerviosismo por ese primer encuentro con el gran felino. La primera hora es clave para encontrar al tigre pues al tratarse de safaris de rastreo, es el mejor momento para encontrar huellas frescas de pisadas en los caminos. Para escuchar los sonidos de la selva, los gritos de alarma de langures, chitales, sambares, aves, ante la presencia del precioso mamífero durante sus paseos matinales antes de echarse a dormir y descansar hasta la caída de la tarde, cuando volverá a campear. Aquí explico en detalle cómo son estos safaris de rastreo en busca del tigre.

De vez en cuando nos detenemos para realizar una escucha. El trabajo de rastreo pronto da su fruto y llegamos hasta la presencia de una preciosa tigresa. El corazón se pone a mil cuando ella, magnífica, esbelta, elegante a más no poder, decide pasearse tranquilamente frente a nosotros. Se dirige directamente a un grupo de chitales pero no parece en actitud de caza. Los chitales también lo saben y de hecho no realizan su meeting call o llamada para reunir a las crías. El encuentro dura apenas un par de minutos que nos parecen dos segundos. Con la tigresa ya fuera de la vista, la cara de complicidad y satisfacción entre los ocupantes del vehículo evidencia lo que sentimos por dentro. Primer safari y en poco más de una hora: objetivo conseguido. Aquella mañana del último viaje a India la recuerdo desde luego como la del encuentro con los tigres, pues a este primer avistamiento siguieron dos más. Un par de hermanos que salieron de la espesura del bosque para beber agua en una charca. Se pasearon tranquilamente por la orilla, corrieron, jugaron, posaron…. hasta desaparecer diez minutos después de nuevo en su refugio forestal. Absolutamente mágico y desde luego poco habitual, lo de ver tres tigres en una misma mañana de safari.
Macacos
Colina de Bandhavgarh.

De hecho aquella tarde fue mucho más tranquila en cuanto a felinos se refiere. No vimos más. Escuchamos algún grito de alarma en la selva pero poco más. Una tarde muy intensa eso sí observando antílopes y cérvidos de todos los tamaños. Desde el pequeño Muntjak –el antílope más pequeño- hasta el enorme sambar –el cérvido de mayor tamaño-, pasando por chitales y bluebulls. Infinidad de aves desde los pavos reales, que se mueven a abundantes  en los lindes de bosque, saliendo a las zonas abiertas pero siempre cerca del bosque por si ha de buscar protección, hasta abejarucos, carracas, ibis negros, etc.
Urraca vagabunda


Un magnífico día de safari que culminó con una gran cena y una sobremesa amena y emocionante junto al fuego.

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