miércoles, 25 de febrero de 2015

1º Día: Delhi - Jabalpur - Bandhavgarh

"Carretera" de acceso al pueblo de Bandhavgarh.
Post corto para una etapa corta. Larga en horas pero escueta en cuanto a cosas que contar. Día puramente de traslados. Desde Delhi sale cada jornada a mediodía un vuelo hasta Jabalpur (un par de horas duración), el mismo que regresa por la tarde.  El día se hace agotador si, como suele ser habitual, se llega a Delhi ese mismo día a primera hora de la mañana procedente de España y lo que se hace es simplemente cambiar a la terminal de vuelos domésticos para tomar el vuelo hasta Jabalpur, la capital del estado de Madyha Pradesh. Una vez en Jabalpur, estratégica ciudad militar india, en la que tomamos tierra (nunca mejor dicho) en su pista de aterrizaje sin asfaltar, el traslado hasta el pueblo de Bandhavgarh se hace por carretera. Son 6 horas de trayecto que se hacen llevaderas mientras la luz del día aguanta para el primer contacto visual con la India rural, y más pesado (especialmente por la acumulación de horas en el cuerpo si venimos desde España) llegada la noche hasta arribar al pueblo.
Puerta de la India, en Nueva Delhi.

La nota de emoción la ponen, eso sí, los primeros contactos con la fauna del parque nacional pues para llegar al pueblo, los últimos kilómetros se adentran en el bosque de Bandhavgarh por una carretera que cambia el asfalto por la tierra en ese tramo y en la que es preciso conducir despacio. Por la presencia de animales precisamente. No falta el cruce de la pista por parte de algún chital,  algún sambar o una pequeña manada de macacos que hacen que al menos esta última hora del día tenga un toque de emoción. No se descarta incluso el encuentro con algún tigre, como a la mañana siguiente me hicieron saber los habitantes del pueblo, que suelen verlos por la noche caminando o caminando durante un buen trecho a un lado de la carretera. Hacía un par de noches sin ir más lejos.


El pueblo de Bandhavgarh es pequeño, ubicado al pie de la colina sobre la que se asientan los restos de una fortificación.  Son casas bajas, no muy agolpadas, que se ubican sobre todo a ambos lados de la  “carretera” que cruza el pueblo. Desde esa carretera, que no es sino la ancha pista forestal por la que hemos llegado, se suceden los carteles que indican el acceso a los pequeños lodges y hoteles. Al otro lado del pueblo se encuentra el mío: Bandhav vilas, muy recomendable y que suelo utilizar en mis viajes. Cómodo, limpio, buenas atenciones y con habitaciones tipo cabaña bien integradas y de amplias dimensiones. Tras cenar algo, es hora de retirarse a descansar pues el  día siguiente, que dedicaré por completo  a realizar safaris dentro del parque nacional comienza temprano, de hecho,  en unas pocas horas…

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