miércoles, 15 de abril de 2015

3º Día. Más safaris en Bandhavgarh

 
El sambar es el ciervo de mayor tamaño en India
El siguiente día de safari en el parque nacional Bandhavgarh fue magnífico también. En esta ocasión no hubo suerte con el avistamiento del tigre pero si grandes encuentros con la fauna herbívora y alada, y la emoción de dar con el rastro de un leopardo. También una pareja de osos bezudos, que se me escaparon por un pelo…
Abejaruco verde menor

Con la mente repleta de imágenes atigradas de la inolvidable jornada anterior, desperté en la habitación dispuesto a un nuevo safari en el parque. Como es habitual, nos juntamos en la recepción del lodge para tomar un café y unas pastas antes de iniciar el safari, todavía de noche.  Tras la parada en la oficina del parque y recoger al ranger oficial que nos acompañaría este día, otra vez presentación de documentación  en la puerta del parque y al abrirse la barrera, el corazón de nuevo a mil, los ojos bien abiertos y los oídos bien atentos al sonido de la selva.
El moteado blanco de los chitales cobra sentido para camuflajes como el de este macho

Las primeras luces de la mañana son las idóneas para dar con el rastro de los felinos. Para realizar esperas acústicas aguardando las “Alarm Call” que denoten la presencia de tigre. No hubo suerte esta vez. Si vimos sus excrementos, marcas en el tronco  de un árbol y las huellas de un leopardo. El rastro del leopardo era fresco, muy reciente, pero  la densidad del follaje impidió dar con él. Así seguimos recorriendo las pistas y caminos del parque, con la esperanza de que, en la próxima curva, apareciera andando por el camino algún tigre o leopardo de regreso a la “cama”. A estos felinos les gusta salir a los caminos para avanzar más cómodamente.
El pavo real es el ave nacional de India

Hubo como siempre muchos chitales, sambares, antílopes nilgai, muntjaks, ardillas, mangostas e infinidad de aves. Definitivamente India, con 1.400 especies de aves, es un paraíso para el birdwatching. Cada vez me gusta más como destino para la observación de aves.
Huellas de leopardo..
Ardillas de cinco bandas

Tuvimos tiempo para ver el rastro de los puercoespines, que se aprecia perfectamente en la corteza mordida de la base de los árboles de la que obtienen el calcio para sus púas.

Regresamos al lodge para desayunar copiosamente y disfrutar del descanso en la piscina hasta la hora de comer. Tras el almuerzo, de nuevo salida para el safari de tarde, en el mismo sector de la mañana. Volvió a resistirse el tigre, pero la tarde tuvo su dosis de adrenalina con la observación (o mejor dicho casi observación) de un par de osos bezudos. Ver a Baloo (el mejor amigo de Mowgli) siempre tiene su gracia y su complicación, pues un animal difícil de localizar. Allí estaban los dos osos, a unos 40-50 metros de la margen derecha de la pista, avanzando en paralelo al camino pero muy tapados por la densidad arbustiva. A juzgar por la cara de satisfacción de los ocupantes del vehículo parado justo delante, las imágenes debían de ser fantásticas. No paraban de sonar los disparos de las cámaras fotográficas. A pesar de sus indicaciones el ángulo de visión desde nuestro coche no permitía dar con el pelaje oscuro de los osos entre las ramas. La pena es que cuando llegó nuestro turno para otear el horizonte, justo desaparecieron entre la vegetación. Así son los safaris; fantásticos, emocionantes pero siempre se necesita algo de fortuna. Pude comprobarlo un par de días después en Kanha con unos perros salvajes. Esta vez la fortuna si nos sonrió, ¡!y de qué manera!! Pero no quiero adelantarme primero  hay que cambiar de parque y llegar a Kanha, y eso será en el próximo post…

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