miércoles, 12 de marzo de 2014

2ª etapa: Hermanus - Gansbaai - Mossel Bay

Ballenas, tiburones blancos y bonteboks
 
Ballena franca austral
A Hermanus llegué con las últimas luces de la tarde. Era octubre y aunque esta pequeña localidad de la costa sudafricana seguía con la tranquilidad y belleza que siempre me ha encantado de ella (es junto a Ciudad del Cabo, mi población predilecta del país) se notaba un bullicio especial. Se debía a que es temporada de ballenas y ello significa que acuden a Hermanus los visitantes y turistas deseosos de observar de cerca de las grandes Ballenas Francas Australes que llegan cada año entre julio y noviembre a la bahía Walker para reproducirse. Y cuando digo cerca, quiero decir muy cerca, tanto que es posible verlas muy bien desde tierra. Aquí juega un papel importante el famoso whale crier, un tipo que dice comunicarse con los cetáceos soplando por su peculiar cuerno de algas. Sea o no verdad, lo cierto es que este hombre es el informador de dónde es el mejor lugar para ver las ballenas en cada momento. Se suele dejar ver cerca del puerto Viejo para informar. 
Senda costera para ver ballenas en Hermanus
Observando las ballenas desde tierra

Un sendero perimetral recorre el acantilado de Hermanus ofreciendo balcones desde donde ver las evoluciones de las enormes ballenas. Cuando yo llegué en mi última visita, todavía tuve tiempo de fotografiarlas nadando plácidamente junto al puerto sabedoras de la protección natural del lugar. Esta parte de la bahía Walker es un santuario para las ballenas francas, dentro de la reserva Fernkloof y está prohibido navegar para verlas. Las empresas de whale watching de Hermanus tienen que salir a mar abierto para observarlas. Cerca del pueblo, sólo se ven desde tierra, pero tampoco se echa de menos ninguna embarcación. He llegado a verlas, nadando con sus ballenatos, ¡a no más de 15-20 metros de la costa!
Pero a la observación de ballenas iba a dedicar la mañana siguiente. Con más calma. Después de cumplir con una cita natural de pura adrenalina…

Con los tiburones blancos en Gansbaai.


Unas horas antes, todavía de noche, me recogió en el hotel de Hermanus la empresa con la que iba a ver cumplido el sueño de bucear junto al tiburón blanco. Así es, una vez en Gansbaai a unos 40 minutos al sur de Hermanus, me recibieron con un desayuno y tras el briefing previo, me enfundé el neopreno y navegamos unos quince minutos hasta el lugar donde se efectúan las inmersiones en jaula para ver al Gran Blanco frente a frente. Gansbaai es la capital mundial para esta actividad pues alberga la mayor concentración de tiburones blancos. En efecto, tras echar el cebo no tardaron en acudir para dar comienzo a la espectacular experiencia de sumergirse con ellos. Existe la posibilidad de hacer la salida para verlos desde el bote sin necesidad de meterse en el agua. En mi caso, no pude resistirme… Al final de la mañana ya estaba de regreso a Hermanus con otro sueño cumplido y la etapa no había hecho otra cosa que comenzar.

Esperando la llegada del Gran Blanco en la jaula.


De hecho la etapa de hoy os propongo dividirla en al menos dos jornadas. Ya comentaba en el primer post que las etapas eran orientativas y que podría variar sobre todo el tiempo que cada uno puede dedicar a cada etapa. Una etapa no significa necesariamente tener que hacerla en una jornada.

El pregonero de las ballenas "whale crier" en Hermanus


La primera parte de la etapa está centrada pues en el mar, en vivir dos de las experiencias más espectaculares a nivel mundial que aquí se realizan: la observación de ballenas francas australes y el encuentro con el tiburón blanco. Para ello necesitaréis, en el mejor de los casos (si las condiciones climatológicas acompañan), una mañana completa.

Paisaje de la ruta en la etapa de hoy.
Bontebok

Tras comer en Hermanus me despido de esta fabulosa población por la carretera R-326, que es parte de la conocida como la carretera de la ruta de las ballenas. Me dirijo hacia la N2, a la que se llega muy rápidamente. Una vez en la N-2, en menos de 1 hora se llega a Swellendam, donde se unen N2 y la R62 carretera ésta última a la que me refería como anillo para un posible recorrido circular, y donde se encuentra la entrada al parque nacional Bontebok. De nuevo parada y cita con la naturaleza en este diminuto parque nacional, el más pequeño de la red de parques nacionales sudafricanos, creado, como su propio nombre indica, para proteger a algunos de los últimos antílopes bontebok. También se observan cebras del Cabo y una buena representación floral del fynbos. 
Fynbos


También tuve la suerte de observar en las planicies de este parque y en los campos que se encuentran a ambos lados de la carretera, bandos de grullas azules. Preciosas. La grulla azul es el ave nacional de Sudáfrica.
Por cierto, que hay unas cabañas para alojarse dentro del parque que de haberlo sabido antes…

Desde Bontebok, sólo resta conducir un par de horas más por fantástica carretera hasta Mossel Bay. Fin de etapa y mitad de recorrido.


Llegados a este punto de la Gran Ruta habréis notada que en la pasada etapa, al hablar del Cabo de Buena Esperanza, no me referí a él como el punto más meridional de África. Y es que ese honor geográfico le corresponde al cabo L’Agulhas, situado al sureste de Hermanus. Al Cabo de Buena Esperanza corresponde la fama histórica de la navegación, pues es donde generalmente se forman las tormentas que antaño propiciaron no pocos naufragios.
Se llega a L’Agulhas por carreteras locales sin dificultad y sin duda debe ser una parada indispensable en el recorrido, como también debería serlo la bella reserva natural De Hoop, con sus dunas, humedales y enorme biodiversidad. Aquí viven también antílopes bontebok. Ambas pendientes para una próxima ocasión y es que como veis, mucho, muchísimo que hacer y ver en un tramo que si condujéramos de un tirón apenas nos llevaría 3 horas…
La grulla azul es el ave nacional de Sudáfrica


Si te interesa, puedes tener más información sobre las ballenas de Hermanus o los tiburones blancos de Gansbaai en mi Guía de Safaris Fotográficosde Sudáfrica, editada por abooks.

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