Dejé atrás Asuán embarcado
en uno de los muchos cruceros que cada semana surcan el gran río arriba y
abajo, zarpando de forma alterna de Luxor y Asuán sin descanso. Me embarqué en
esta ocasión en el barco “Mojito”, como otras veces hice en embarcaciones como
Alexander The Great, Tiyi, etc. Las motonaves están muy bien acondicionadas y
cuentan con todo tipo de comodidades. Me hubiera gustado hacerlo no obstante en
alguna de las falucas que hacen el crucero de forma mucho más tradicional,
simplemente con un patrón, un cocinero-marinero y un par de pasajeros. Hay
otros barcos que, también a vela, están acondicionados con hasta diez camarotes
dobles. Pienso resarcirme y mientras ese momento llega os aconsejo hacerlo a
vela. El único inconveniente es que se tarda aproximadamente el doble que en
motonave (una semana) pero las ventajas son muchas. Mejor siempre corriente
abajo.
Entrada al reacondicionado Museo del Cocodrilo, en Kom Ombo. |
Cocodrilo momificado. |
Al navegar a vela en una pequeña falúa el menor calado permite
acercarse más a la orilla y adentrarse en zonas más someras donde abundan las
aves. Yo me contenté en avistar la avifauna desde la cubierta del gran barco,
excepcional mirador sobre el río. La proximidad no es la mejor pero para eso si
iba preparado con mis prismáticos. Problema resuelto. Sobre todo ardeidas y
anátidas. Garcillas bueyeras, garcetas comunes, garzas blancas, garzas reales,
garcillas cangrejeras, etc.
Os aconsejo no olvidéis llevar unos prismáticos en vuestro viaje a
Egipto aunque sea para hacer un mero crucero con fines turísticos
arqueológicos. Sacaréis mucho partido al viaje y veréis el río y la vida de sus
orillas de diferente forma.
La falúa es la mejor forma de recorrer el Nilo para observar aves. |
El problema de la proximidad a las aves se subsanó también al día
siguiente, cuando por sorpresa un par de garcetas comunes adoptaron uno de los
cabos de la proa del barco como posadero.
Otra de las embarcaciones a vela con camarotes. |
El paisaje entre Asuán y Kom Ombo va dejando atrás la roca para dejar
paso a unas riberas cada vez más verdes y frondosas. Papiros, cultivos,
palmeras datileras, etc. También desaparece la arena dorada del desierto. Kom Ombo es parada obligada en los
cruceros. Allí espera un templo diferente. Curioso. Un templo dedicado a dos
deidades. Una de ellas me interesa en particular, el dios Sobek. Es el dios
Cocodrilo.
La cubierta del crucero es un gran observatorio ornitológico. |
De los fieros y temidos cocodrilos
del Nilo en el tramo egipcio del gran río africano nada queda. Sólo
leyendas y momias. Para observarlos en vivo y en directo hay que hacerlo aguas
arriba del Lago Nasser. Pero en época faraónica los había y muchos. Junto al
templo de Kom Ombo se ha rehabilitado hace poco un museo dedicado a los
cocodrilos. Y es que en el templo del dios Sobek fueron encontradas decenas de
momias de cocodrilos. Algunas de estas momias se pueden observar en el museo.
Este centro dedicado al mítico reptil del Nilo ofrece interesante información
sobre la especie. Y para despedir el día os recomiendo tomar un te a la menta
en la haima que hay junto al museo mientras cae la tarde sobre el río y las
columnas del templo de Kom Ombo.
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