sábado, 14 de agosto de 2010

18ª Etapa: El Burgo Ranero – Mansilla de las Mulas.




Veinte kilómetros menos
18,7 km.


“Veinte kilómetros menos”, así he querido titular este post pues me parece la mejor forma de resumir la etapa de hoy. Una etapa sin atractivos, de mera transición por tierras leonesas. Lo mejor es sin duda que se trata de una etapa corta, muy buena para desentumecer músculos, especialmente después de las dos grandes caminatas de sendos días pasados. Una etapa casi de descanso.



A lo largo de la primera parte del recorrido hasta las inmediaciones de Villamarco encontramos varias zonas de descanso cómodas. Antes y después de pasar los arroyos de Valdegorrón y Valdeasneros. Tras pasar bajo la línea de ferrocarril y cruzar el arroyo Santa María son visibles ya las torres de Mansilla de las Mulas. Sólo resta continuar el fácil trazado de final de etapa para entrar en el casco histórico de Mansilla de las Mulas, con sus plazas con soportales de madera, especialmente la plaza del Grano (foto). El recinto amurallado de Mansilla albergó hasta siete iglesias y hospitales de peregrinos. Entre los monumentos jacobeos destacan la iglesia de San Martín y el convento de San Agustín, aparte de un monumento al peregrino al comienzo del puente sobre el Esla.




Mañana ya se vislumbra la cuarta ciudad importante del Camino tras Pamplona, Logroño y Burgos. Mañana llego a León, con sus vidrieras, sus calles y espectaculares monumentos. Pero eso será mañana; hoy he terminado pronto la etapa y es hora de descansar en Mansilla (albergue municipal en la calle El Puente, albergue del Camino, el Centro de Turismo Rural El Puente, y alguna pensión); de disfrutar de su tranquilidad a pesar de encontrarnos en pleno mes de agosto y descansar mejor las piernas. Por cierto, los pies todavía aguantan de maravilla. Sigo cruzando los dedos…
Ultreia.

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