martes, 7 de mayo de 2013

6º Día. El Cairo, el desierto al borde de la ciudad

Pirámides de Giza desde el mirador de la meseta.


Hace años que no se realizan cruceros fluviales desde Luxor a El Cairo. Los barcos turísticos se limitan a realizar la travesía habitual entre Asuán y Luxor, la que yo he hecho para llegar a la antigua Tebas, o navegar por el gran lago Nasser. He llegado a El Cairo en avión, en uno de los varios vuelos diarios que comunican la capital egipcia con Luxor. Es un vuelo cómodo. El Cairo nada tiene que ver con Luxor. La mayor ciudad de África es un bullicio constante, un ir y venir alocado de coches desvencijados y conductores que de forma permanente llevan una mano en el volante y otra en el claxon. Es un caos organizado (que no es fácil…).

 
Pirámide de Saqqara, en una entorno más desértico.

En El Cairo he estado varias veces y siempre me transmite lo mismo, aunque es cierto que cada vez descubro más cosas agradables y rincones sorprendentes. Ya se sabe que El Cairo turístico se identifica con la Ciudadela de Saladino, el zoco, el Barrio Copto, el Museo Egipcio, Nilo y sobre todo, las pirámides de Giza; pero El Cairo es mucho más que eso, en la propia ciudad y en los alrededores (Menfis y Saqqara por ejemplo).

 


En esta ocasión lo que quiero mostraros de la ciudad es la proximidad del desierto. Demasiado próximo diría yo. Y eso no es malo siempre y cuando no se deba al crecimiento del asfalto y el hormigón, pero me temo que con 16-18 millones de habitantes no tardará mucho en convertir las inmediaciones de la meseta de Giza en una suerte de yacimiento arqueológico al estilo de los templos de Luxor o Karnak, totalmente rodeados de urbe. El desierto de Giza y sus pirámides en la parte oriental está al borde de la ciudad. Para quienes visitan por primera vez las pirámides esto es quizá lo que más les sorprende. Aún así, son magníficas. Y no son las únicas.

Las necrópolis de Giza, Saqqara y Dahsur, en los alrededores de El Cairo, albergan el mayor conjunto de pirámides del Antiguo Egipto. También el mejor conservado.

Si queréis ver desierto mejor incluso estas dos últimas necrópolis, pero no esperéis un desierto de dunas sino de piedra ya arena. La arena está más presente en Saqqara.

 

Abundan los modelos fotográficos a cambio de propina.
 
Volviendo a las célebres pirámides… En las estribaciones orientales del Desierto de Libia se encuentra la meseta de Giza, una gran explanada nivelada por el hombre de 1,5 kilómetros de norte a sur por 2 kilómetros de este a oeste y situada a 40 metros sobre el nivel del Nilo, donde se instaló la más famosa necrópolis del mundo. En la necrópolis de Giza se encuentran las pirámides de Keops, Kefrén, Micerinos y la Gran Esfinge, rodeadas por las pirámides y mastabas de las esposas de los faraones y con templos, embarcaciones funerarias y restos de muros sagrados.

La mejor panorámica de conjunto la vais a obtener desde el mirador emplazado en la parte alta de la meseta. En el valle de la Esfinge podéis disfrutar al atardecer de un paseo en dromedario por la meseta, una experiencia siempre recomendable.

 

 
A pesar de lo comentado aún se respira ese ambiente desértico de lo que algún día fue una extensión de horizonte sin tanta construcción humana. Más desierto en definitiva. Pero no olvidéis que hace mucho tiempo, como comentaba en la anterior etapa de esta Gran Ruta, esto, todo esto, era un vergel.

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