Abandonamos Tarifa. nos despide el faro de isla Paloma. |
Desde la cubierta del barco dejamos atrás la costa española y en menos
de una hora de navegación se llega al continente africano. El barco se antoja
indispensable si queremos llevar nuestro vehículo, como así es, para realizar
este gran viaje por Marruecos. En las tripas de estos modernos barcos cabe de
todo. El todoterreno parece insignificante al lado de caravanas, camiones y
autobuses. Hay varias compañías que cruzan el Estrecho de Gibraltar y comunican varias veces al día España y
Marruecos bien mediante la línea Tarifa-Tánger o bien mediante la línea
Algeciras-Ceuta, las dos más habituales. Para la realización de este recorrido
se puede optar por una combinación de ambas, entrando por Tánger y saliendo por
Ceuta o al revés, como explicaré más adelante. Podéis ir con FRS, con Balearia, Acciona Trasmediterránea. Un pasajero cuesta unos 65 euros i/v y con vehículo unos 220 euros conductor y vehículo (hasta 2,10 m. de altura o bien por longitud del vehículo según compañía).
En la línea Tarifa-Tánger
el control de pasaportes se realiza en el mismo barco, así que nada más zarpar,
lo mejor es ponerse a en la fila para sellarlo. Una vez en tierra, se pasa el
control técnico del vehículo (carta verde) y equipajes. Paciencia. Entre una
cosa y otra lo normal son 2 horitas. Superados los trámites aduaneros la verja
se abre para comenzar a recorrer las calles de Tánger. Los primeros metros nada tienen que ver con la circulación
en tierras españolas. A pesar de la existencia de semáforos, señales y agentes
de tráfico… todo vale. La primera vez costará un tiempo adaptarse a la forma de
conducir. Ya somos perros viejos en las artes circulatorias así que en menos de
quince minutos dejamos atrás la ciudad de Tánger. La primera vez no recuerdo el
número de vueltas que di a la primera rotonda antes de poder salir del
embrollo… pero he de confesar que superado el espanto inicial, me encanta el
ambientillo del tráfico marroquí.
Primeras panorámicas de la costa de Marruecos desde el Estrecho de Gibraltar. |
La primera etapa consiste en devorar kilómetros en busca del medio
Atlas. Muchos kilómetros. Buena parte del día por autopista. Los primeros 250 kilómetros entre
Tánger y Rabat por la A1 ofrecen un
paisaje mediterráneo con algunos tramos interesantes, el primero al poco de
salir de Tánger cuando la carretera se abre paso a un lado y al otro de una
gran zona húmeda entre los ríos Mnarhar y Hachef. Desde la ventanilla del coche
se observan grupos de flamencos, y un buen número de garzas de diferentes
especies y cigüeñas blancas. También la presencia de dromedarios en algunas
zonas no encharcadas. Destacan en este tramo los bosques y dehesas de encinas y
alcornoques, alguno señalizado como espacio natural protegido. Si el invierno
está siendo lluvioso, el paisaje es verde y húmedo.
Al sur de Larache de nuevo
una zona interesante como es la Reserva
de Chasse y la laguna salada Merja Zerga (WP.GR.7.1).
En invierno el paisaje es verde y lleno de agua. Bosque mediterráneo. |
En Tánger se deja la A1 y se toma la A2 hacia Fez. 300 kilómetros
después de dejar atrás Tánger se llega a Mèknes
(antes de Fez) por la autopista. En total algo más de 6 horas de conducción (640 km .). Como hemos
embarcado en el primer barco de la mañana al llegar a Mèknes hace tiempo que ya
es hora de comer. A por ello. Cae el primer couscous del viaje.
Aprovechamos la entrada de la tarde para ver esta preciosa ciudad
imperial, sabedores de que los kilómetros que quedan por delante se harán de
noche. Así que antes de quedarnos sin luz, aprovechamos para empaparnos un poco
de Meknès y estirar las piernas por la medina.
El Atlas Medio
De nuevo en ruta nos metemos en carretera nacional (N-13). Ya no
volveremos a tocar autopista hasta mediada esta Gran Ruta, a orillas del
Atlántico. Conducir por una carretera nacional marroquí es toda una aventura.
Como bien explica mi buen amigo Julio, veterano en esto de conducir en
Marruecos. Constan de tres carriles: uno en cada sentido y “el del medio”. ¡La
de veces que hay que circular por el arcén para dejar paso a otro vehículo por
nuestro teórico carril! Ya comprobaréis que llegados a este punto el que viene
de frente no tiene la más mínima intención de apartarse. Al final del día, por
muy novato que se sea, uno ya se ha acostumbrado a esta peculiar forma de
circular. Pero claro, si en plena autopista tuvimos que detener nuestra marcha
para dejar pasar unas ovejas que se habían adueñado de la calzada… ¡me encanta!
Hace rato que es noche cerrada y las montañas por las que circulamos
no se ven pero se intuyen. Por el número de curvas que han de adaptarse al
terreno y por los perfiles que se adivinan con la luz tenue de la luna. Una
luna fina, en cuarto creciente, una luna mora. Estamos atravesando el Medio
Atlas y antes de llegar a Azrou (68 km . desde Meknès) se cruza
el parque nacional d’Ifrane. En este
caso lo que se intuye es el bosque de cedros. Algunos enormes ejemplares se
iluminan con los focos del coche al circular e imaginamos cómo debe ser el
bosque. La cosa promete. Hoy no lo comprobaremos pero el regreso, por este
mismo camino, lo haremos con luz. Con tiempo para bajar del coche, pasear y
buscar los macacos de Berbería, los llamados monos del Atlas.
De Azrou a Midelt cubrimos
los últimos 190
kilómetros de carretera nacional para completar una
etapa larga, de 10 horas al volante. 900 kilómetros .
El hotel Kasbah Asmaà (WP.GR.7.2) es
sencillo pero bien situado al pie de la carretera en la salida de Midelt, junto a una gasolinera y en
el lugar exacto para levantarnos al día siguiente con tiempo para disfrutar de
una deliciosa segunda etapa, que ya ofrece el primer contacto con las pistas de tierra. Hotel estratégico, que se dice.
Lista de Way Points GPS Gran Ruta 7:
WP.GR.7.1: 29 S748863 E3859910
WP.GR.7.2: 30 S339361 E3617292
Lista de Way Points GPS Gran Ruta 7:
WP.GR.7.1: 29 S748863 E3859910
WP.GR.7.2: 30 S339361 E3617292
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