lunes, 25 de octubre de 2010

9ª Etapa. Salto Angel-Laguna de Canaima


Magnífico final para un dulce sueño


La Laguna de Canaima fue un final sorprendente. Antes de partir desde España todos andábamos con la mente puesta en el paisaje montañoso del Auyán-Tepui, y como es lógico en la espectacularidad del Salto Angel. Nadie nos habló sobre la laguna de Canaima. O quizá si, pero en esos momentos cualquier comparación –por desconocimiento- con el Auyán o el Salto Angel quedaba automáticamente eclipsada y nadie reparó en ello. Quizá ahora, a posteriori, haya sido mejor, pues ha permitido a la Laguna de Canaima sorprender gratamente con una pegada inusitada a todos y cada uno de los que allí estuvimos.


Hablando de los que allí estuvimos quiero agradecer la compañía y buen hacer profesional de quienes compartieron esos días con nosotros –de aquellos días en la Gran Sabana derivó una buena amistad posterior-: José Manuel de la fundación Cacique y director de la expedición, Patxi Vilariño (de “Al Filo de lo Imposible”), Ramón Portilla –miembro del equipo Cacique que a última hora le fue imposible acompañarnos por problemas personales pero que estuvo al pie del cañón durante todo el año con las pruebas de selección-…, a Ana Martín (coordinadora de prensa) y a los cuatro compañeros periodistas con quien tuve el placer de compartir “equipo informativo”, en especial a Javier de Jaime –el más veterano-. A Iván Artal y su equipo de Ruta Salvaje, etc.






Hecho este inciso, hoy afronto la que fue última etapa del trekking al Auyán-Tepui. Más exactamente la tercera etapa de la expedición fluvial al Salto Angel.


Se trataba de “regresar a la civilización”. Entendiéndose por civilización un pueblo (Canaima) en medio de la selva y al que sólo se puede acceder por aire…






No había prisa en levantar el campamento. Había que echarse al agua y dejarse llevar corriente abajo por el río Churún y después el Carrao hasta Canaima. Para que no fuera muy largo las curiaras se ayudaban del motor mientras los expedicionarios se dedicaban a mojarse de una barca a otra los más “activos” o a tomar el sol plácidamente. Algunos incluso a dormir. Otros como quien os escribe este post, a hacer fotos durante todo el recorrido. No lo puedo remediar. Es algo que llevo metido ya en la sangre (estoy convencido de que si me hago un análisis… sale).






La placentera travesía fluvial tuvo que detenerse como mandan los cánones de la selva al llegar a los rápidos de Mayupa, muy cerca ya de la meta. Es preciso caminar media hora por la orilla selvática mientras las curiaras afrontan este peligroso paso sin pasajeros.

 De nuevo en el río completamos la travesía hasta la Laguna de Canaima, como digo, un lugar fantástico y meta de nuestro periplo en la Gran Sabana de Venezuela y el parque nacional Canaima.


Todavía tuvimos tiempo de visitar los principales atractivos naturales de esta enorme laguna emplazada frente a otros tepuis como el Kuravaina, el Cerro Venado, etc. Visitamos el Salto Sapo, Salto Hacha, etc. e incluso nos dimos el último y merecido baño en las aguas de Canaima. Al día siguiente marchábamos con gran añoranza de regreso a España pero esa noche ¡¡dormimos en una cama!!


2 comentarios:

  1. Hola!!José Manuel te escribe!!Cómo va la vida? estaba recopilando información de mis años de aventuras con Cacique y me he encontrado con tu blog!que sorpresa!!
    Leyendo esta última parte me gustaría corregirte algo,el director de la expedición y máximo responsable no fue Ramón Portilla que era miembro del equipo Cacique, sino el que te escribe,y no solo en esta expedición sino en las 4 que se llevaron a cabo!!no es por nada pero es que luego las medallas se las ponen otros.Saludos!

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    1. Hola José Manuel, qué alegría reencontrarnos de nuevo. Al César lo que es del César... así que gracias por él apunte y hecha está la corrección (disculpas).
      ¿cómo va esa vida? mándame un mail al que viene de contacto y me cuentas. Un abrazo!!

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