martes, 24 de julio de 2012

De Salinas a Cudillero por la costa y Pravia

3ª Etapa: Gijón-Candás-Luanco-Cabo Peñas-Avilés-Salinas-Muros de Nalón-Cudillero: 90 kilómetros

Ría de Pravia desde el mirador de Monteagudo.


La distancia entre Avilés y Cudillero puede cubrirse rápidamente en 20 minutos por la autovía ¡¡crasso error!!, o hacerlo por la carretera costera amoldándonos al suave relieve litoral y disfrutar de un buen puñado de enclaves naturales únicos. Tanto en la costa como en Pravia, con alguna sorpresa “interior”. Creo que ya sabéis por donde fui yo.

Atravesando los bosques de castaños en el Bajo Nalón, una delicia para el ecotouring.


Inicio la segunda parte de la tercera etapa en el punto donde dejé el primer tramo, cruzando la ría de Avilés con la vista puesta en las dunas de la playa del Espartal y el prometido arrecife de coral. La siguiente localidad de referencia es por tanto Salinas. Entre San Juan de Nieva y Salinas se levantan las dunas terciarias y cuaternarias que forman el cordón dunar del Espartal, que se extiende a lo largo de 3 kilómetros de playa (WP.GR.8.58). Son las más altas de Asturias y una red de pasarelas permiten disfrutar de este espacio natural, que se continúa al otro lado de la carretera con un bello pinar de pinos marítimos, sin afectar al proceso de recuperación del ecosistema del Monumento Natural de la Playa del Espartal.

Pasarela sobre el cordón dunar del Espartal (Castrillón), las mayores dunas de Asturias.


Sobre el sustrato arenoso crecen multitud de especies protegidas de flora que forman parte de comunidades fitosociológicas de vegetación psammófila. Algunas de estas plantas herbáceas, de largas raíces, tienen que ver con la fijación de las dunas. Barrón, nardo marítimo y correhuela de dunas, se encuentran entre las más importantes. Crecen también otras como el tojo, la zarza, la zarzaparrilla, la raspalengua, laureles, madroños, espigadilla de mar, etc. Al otro lado de la playa se encuentra el Museo de Anclas Philippe Cousteau (WP.GR.8.59), un espacio al aire libre que domina la lengua de arena y se asoma, incluso penetra, en los acantilados costeros. Una pasarela bien acondicionada permite disfrutar de esta incursión “aguas adentro”.

Museo de Anclas, en Salinas.


Es precisamente en estos acantilados donde se localiza uno de los parajes más singulares del litoral español. Se trata del arrecife de Arnao (WP.GR.8.60), un arrecife fósil del Devónico. Tiene forma de domo (atravesado por el túnel de la carretera) constituido por 140 metros de calizas masivas. En el Devónico las zonas tropicales abarcaban un área mayor y la placa ibérica estaba cerca del trópico de Capricornio. Las temperaturas del agua eran más altas que las actuales y se desarrollaban muchos organismos con una vida y biodiversidad comparables a un arrecife de coral de nuestros días.

Corales en el arrecife fosilizado de Arnao, que data del Devónico.


Una explanada junto al túnel permite dejar el vehículo para ver el museo de anclas y el mencionado arrecife, aunque la mejor zona de fósiles está al otro lado del corto túnel. Existen una serie de paneles interpretativos que nos explican todo acerca del mundo submarino pretérito que habitó este fondo. Se pueden diferenciar corales rugosos masivos, corales tabulados masivos, estromatoporoideos, corales tabulados ramificados, fragmentos de crinoideos y otros organismos como conchas de bivalvos y braquiópodos.

Es como cuando entramos de golpe en una habitación casi oscura, el ojo se tiene que adaptar y empezaremos a ver las cosas cada vez mejor, poco a poco. Con el arrecife pasa algo parecido, la primera visión sobre la pared no dice nada, pero es cuestión de ver los dos primeros para comenzar a distinguir fósiles con claridad por todos los lados. El arrecife es una parada sorprendente.

Isla de la Deva, frente a los acantilados de Bayas.



La carretera local se continúa hacia Arnao y Bayas, donde tengo la siguiente parada, también por partida doble. En muy poca distancia se accede desde este pequeño pueblo costero a la mejor visión de la isla de la Deva (WP.GR.8.61), y al mayor arenal de Asturias, el Sablón, más conocido como el Playón de Bayas (WP.GR.8.62). Ambos lugares están protegidos y englobados como Monumento Natural de la isla de la Deva y el playón de Bayas. El primero es el mayor islote erigido frente a la línea de costa asturiana y es importante colonia de cría para varias especies de aves marinas. Entre ellas el cormorán moñudo. En los acantilados frente la isla vuelan otras “no tan marinas” como el cernícalo de la imagen, el colirrojo tizón o incluso la urraca, habitantes de los prados y herbazales de acantilados. El segundo es una vasta playa de arena con sistema dunar separada de la playa de Los Quebrantos por la desembocadura del río Ranón.

Hembra de cernícalo vulgar frente a la isla de la Deva. 


Estoy en la ría de Pravia, donde desemboca el río Nalón. Apenas una decena de kilómetros río arriba se encuentra Pravia y dos enclaves tan sugerentes como diferentes que quiero visitar. El primero tiene que ver con la historia del Principado y se trata de la iglesia de San Juan en Santianes de Pravia, un templo cristiano del siglo VIII, el monumento más antiguo del prerrománico asturiano (WP.GR.8.63). El segundo pone la guinda olfativa al recorrido: el Jardín de los Aromas (WP.GR.8.64) ¿suena bien eh? Pues no os hacéis una idea de lo bien que huele. Una buena dosis del mejor alimento para la pituitaria en forma de plantas aromáticas. La original idea es de Nieves y Michael, propietarios de este pequeño jardín botánico aromático, con plantas autóctonas y de los cinco continentes, por el que es una delicia pasear. Olor y color en Agones antes de poner rumbo a Muros de Nalón. La carretera se tiñe ahora de verde, el de los bosques de castaños con hoja nueva que crecen fundamentalmente entre Los Cabos y Somao. Antes de llegar a Somao, una carreterilla bien indicada sube a la derecha hacia el mirador de Monteagudo, con vistas generosas circulares (WP.GR.8.65).
Iglesia de Santianes de Pravia, el monumento prerrománico más antiguo de Asturias.

Jardín de los Aromas.


Nada más entrar en Muros de Nalón y dejar a mano derecha el hórreo que acoge a su oficina de turismo, me desvío a la izquierda un par de kilómetros hasta el aparcamiento de la playa de Aguilar (WP.GR.8.66). Es una playa espléndida que por si sola justifica la visita, pero es también el punto de inicio de la Senda Costera que recorre a pie 4,5 km (ida) de espectacular litoral acantilado hasta el mirador y ermita del Espiritu Santo (WP.GR.8.67)., en el extremo de la desembocadura. La senda está perfectamente acondicionada y ofrece diferentes accesos a playas (playa del Xilo, la Playa las Llanas y Cazonera) y miradores (Los Glayos, La Atalaya y Espiritu Santo).
Somao desde Monteagudo.


Playa del Xilo, al comienzo de la Senda costera en Muros de Nalón.

Finalizado el día, por El Pito accedo a Cudillero (WP.GR.8.68). La villa marinera me acoge con la belleza que me ha acogido otras veces. Siempre bella, coqueta, arracimada en la difícil orografía del barranco en el que se asienta. Su barranco. Cudillero luce siempre espectacular. Esta noche cenaré algún pescadito en alguno de sus restaurantes, junto al puerto, y mañana subiré hasta dos de sus miradores.


Lista de Way Points de la Gran Ruta 8:
WP.GR.8.58: 30 T 262325 E 4829727
WP.GR.8.59: 30 T 260334 E 4829395
WP.GR.8.60: 30 T 260059 E 4829471
WP.GR.8.61: 29 T 739885 E 4830061
WP.GR.8.62: 29 T 738859 E 4828835
WP.GR.8.63: 29 T 734488 E 4820652
WP.GR.8.64: 29 T 732672 E 4820025
WP.GR.8.66: 29 T 734042 E 4823164
WP.GR.8.67: 29 T 735693 E 4827472
WP.GR.8.68: 29 T 730559 E 4827180

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