miércoles, 27 de junio de 2012

9ª Etapa. Por el valle de las Rosas a la Garganta del Dadès

Valle de la Rosas – Boumalne Dades- Garganta del Dadès: 150 km.



Etapa corta, muy corta, en comparación con el resto de jornadas anteriores de esta Gran Ruta por Marruecos. El meridiano está sobrepasado pero aún así se agradece una jornada sin prisas, para reponer fuerzas y poner el cuerpo, cámaras y vehículo a tono para las dos últimas etapas por este fantástico país. Aunque todavía queda bastante, hemos tragado mucho polvo. Algo que si en otros lugares molesta, aquí incluso gusta. Señal de que nos hemos adentrado por el corazón del sur marroquí. Se antoja necesaria una buena limpieza de cámaras, sensores y objetivos. No es la primera ni será la última antes de llegar a casa.



El día amaneció radiante en el valle. Un buen desayuno en la haima de la Kasbah Itran sabe a gloria. No hay prisa en ponernos en marcha y aunque la hubiera, cuesta un gran esfuerzo abandonar la paz de este lugar. Mi cuerpo se hace el remolón. Tanto que al final echamos la mañana en el lugar y nos metimos en el coche después de comer. Justo cuando una calima con gran cantidad de arena en suspensión empezaba a cubrir el valle. ¡¡a tragar más polvo!!

Haima en la Kasbah Itran.

Dejamos atrás la Kasbah Itran hasta una próxima ocasión. Por delante tenemos la pista del valle de las Rosas. Terreno apartado y no en mal estado, aunque se precisa como siempre un 4x4. La etapa se presentaba tan corta que al final se convirtió en una auténtica jornada de relax. La pista de la Rosas (hay una corta y otra más larga que conducen a Boumalne Dadès) nos la tomamos con mucha calma. Demasiada. Bajando cada poco del vehículo para disfrutar de las muchas panorámicas, alguna acondicionada como pequeño mirador, otras, la mayoría, improvisadas. Tuvimos tiempo de pasear por alguna de las aldeas que jalonan el recorrido y se esconden confundidas con la piedra y arenisca rojiza a ambas orillas del río que desciende desde las alturas del cercano Ighil M’Goun (4.071 m. altitud). No es la primera vez que recorro la pista de las Rosas y creo que lo he hecho más veces de noche que a plena luz del día, así que quizá por eso, hoy que tengo tiempo la disfruto también con los ojos. 40 kilómetros hasta aquí.


Garganta del Dadès

Dejamos atrás algunas aldeas bereber como Tourbist o Bou Tharar para llegar al asfalto en Âit-Youl, a un tiro de piedra de Boumalne Dadès. Precisamente esta carretera a la que ahora salimos es la que recorre la Gargantadel Dadès desde Boumalne (en el extremo sur) hasta Tilmi (al inicio de la garganta). Es una garganta bella por la que se abre paso el río Dades entre altivas montañas que superan los 3.000 metros. La garganta corre paralela a la otra gran garganta de la zona, más espectacular si cabe: la garganta del Todra, a la que nos dirigiremos en la próxima etapa.




Âit-Youl está al final del desfiladero así que lo mejor es girar a la izquierda y subir por la carretera hacia Zª.-S.-Moha-ou-Ayachi e ir disfrutando de los muchos miradores que existen para dar la vuelta y volver a disfrutarla por segunda vez, ahora en sentido contrario, hasta Boumalne Dades. En total unos 100 kilómetros de subida y otros tantos de regreso por la garganta. En la prisa y gustos de cada uno está el punto de retorno.

Boumalne Dadès.
Nos alojamos, ya de noche en el Xaluca de Boumalne Dadès. Un buen hotel y con una piscina a la que no pudimos resistirnos.

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