lunes, 23 de agosto de 2010

28ª Etapa. Sarria – Portomarín



La magia del kilómetro 100
24,2 km.


Etapa muy emotiva. En esta jornada se salva la barrera mental de los 100 últimos kilómetros para llegar a Santiago. Quieras o no, el ánimo lo nota y las piernas recobran fuerzas. Esta etapa me ha tocado el corazoncito, no sólo por superar el hito kilométrico comentado sino, más importante, por ser testigo de la peregrinación de fe en su máxima expresión y el bonito servicio que a la sociedad prestan muchas personas. Me explico: si recordáis mi encuentro con el peregrino ítalo-suizo en Estella, con su túnica y sandalias, que llevaba caminando 3 años por los principales lugares de peregrinación; eso si duda es peregrinación de fe. Pero se puede superar. En el kilómetro 100 me encontrado con un grupo de cinco parapléjicos franceses y una disminuida canadiense (50% minusvalía) con la ilusión y nerviosismo de quien empieza su peregrinación. Llevan cinco años seguidos cubriendo los últimos 100 kilómetros del Camino de Santiago, incluso cuentan con transportes especiales para que otras personas puedan llevarles. Creedme que no es nada fácil transitar por algunos tramos del Camino con esos carritos (foto). ¡Buen Camino amigos!



Pero la jornada comenzaba más atrás, en las calles de Sarria, tras un pantagruélico desayuno. La etapa presenta una pequeña variante al salir de Sarria hasta Domiz. La primera opción transita sobre el eje (con varias entradas y salidas) de la carretera comarcal LU633, la segunda, más interesante y tranquila, por Barbadelo. Es una etapa muy agradable de caminar, con buena parte del trazado en sombra y atravesando preciosos bosques de castaño y roble.



La primera localidad a la que se llega es Vilei (castro de Paredes) con su albergue y correspondiente lugar de sellado. Es un camino ancho. Casi pegado se encuentra Barbadelo con su iglesia de Santiago que se observa desde el recorrido pero para la que es preciso desviarse a la izquierda, a la altura del albergue, unos metros si queremos apreciar la portada románica y el interior. El trayecto continúa por Rente hasta salir a la carretera local CP-5709 frente a la tarberna Mercado da Serra y la Cantina Serra (sellado). En el mapa aparece el itinerario marcado por una pista que sale un poco más adelante de la carretera, a la izquierda. En realidad el Camino sigue de frente por detrás de la taberna y la cantina internándose en un bosque de cuento (foto inicial) y se une a la pista un poco más adelante. Este camino vecinal sigue bajo el techo forestal hasta cruzar la carretera comarcal en Domiz, donde se unen ambas variantes.



Se atraviesa Peruscallo, Lavandeira y se llega a A Brea, lugar donde se encuentra el mítico mojón pétreo del km. 100. La pena es que está muy pintado y deteriorado como para que quede una foto ni si quiera bonita, pero al menos me hago una de recuerdo con los amigos con los que he compartido los últimos kilómetros desde Barbadelo. Es un grupo de casi 40 personas de la Cofradía San Juan Evangelista de Chinchilla (Albacete). Cada Año Santo hacen el Camino de Levante en coche hasta Sarria y de allí a pie hasta Santiago.



El resto del trazado, como el de la etapa, es un sube y baja suave que me lleva por Morgade, Ferreriros, Miralles (iglesia de Santa María), A Pena, As Rozas, Moimentos, Mecadoiro, Moutrás, A Parrocha y Vilachá antes de salir al puente de Portomarín. Se cruza el largo puente sobre el río Miño, represado en el embalse de Belesar, y se sube al casco histórico donde aguarda la iglesia fortaleza de San Nicolás (foto) y monumento al peregrino.



Detrás de la iglesia se encuentra el albergue municipal, pionero en Galicia, en el que algunos peregrinos que han madrugado como yo y ya han llegado a la meta del día, realizan los siempre fundamentales estiramientos (foto). Aquí me instalo para escribir este post. Existen además otros cuatro albergues privados: O Mirador, Ferramenteiro, Ultreia, y Portosantiago. También un par de hoteles y varias pensiones y casas rurales. También el Albergue juvenil Benigno Quiroga.



Son las 12,30 h. de la mañana y tras poco más de cinco horas de caminata ya estoy en Portomarín con todo el día por delante. Sobre la marcha, y después de la experiencia de ayer, salta una idea sobre mi cabeza. En efecto, ¿por qué no seguir? La siguiente etapa enlaza Portomarín y Palas de Rei tras cubrir 24 kilómetros, es decir no llevo ni la mitad de trayecto entre Sarria y Palas de Rei pero, mapa en mano, de nuevo se ofrecen alternativas de parada (Castromaior, Hospital da Cruz, Airexe, Listedo…). Colgado el post, sin pensarlo dos veces me pongo de nuevo en ruta.


2 comentarios:

  1. Emocionante y emotiva!! no hay palabras... es impresionante esa dedicación, esa fe, gracias por ser testigo de esta peregrinación a través de tus ojos, y por compartirlo con todos... a mi... me ha llegado a este corazoncito...

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  2. La verdad es que ha sido una mañana muy emotiva en ese aspecto. Te das cuenta de muchas cosas y te abre aún más los ojos. Saludos

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