domingo, 18 de julio de 2010

4ª Etapa. Cizur Menor/Zizur Txiquia – Puente la Reina/Gares



Del verde al amarillo
19,2 km.


La cuarta etapa no es muy larga. La primera que no llega a la veintena de kilómetros. Tampoco difícil ni excesivamente dura. Tenemos, eso sí, que subir el puerto del Perdón. Desde Cizur Menor/Zizur Txiquia el desnivel es algo más de 200 metros de rampas no muy tendidas, pero el problema de la jornada puede ser si salimos tarde y acometemos la sierra en las horas centrales del día. Está haciendo bastante calor, así que decidí madrugar y no encontrarme con ese evitable problema.



Definitivamente en la época en la que nos encontramos en esta etapa se deja atrás el verde y se pasa al amarillo. El Camino deja atrás Cizur Menor (iglesia de San Miguel) por su frontón y una vez superadas las rotondas y urbanizaciones, nos metemos de lleno en los dorados trigales. La silueta de la sierra de Erreniega (sierra del Perdón), deja claro el rumbo a seguir. Se aprecian también la hilera de molinos aerogeneradores plantados en las cumbres, junto a los que pasaré dentro de un rato. La subida no se hace esperar y comienza nada más echar a andar, si bien es más acusada a partir de Zariquiegui, desde donde se afrontan los dos últimos kilómetros hasta el alto del Perdón. No busquéis sombra en la subida (ni en la bajada) porque no la vais a encontrar. Si acaso, buena cobertura de matorral.



El mismo desnivel que se salva durante la subida desde Cizur Menor se baja ahora hasta entrar en Uterga. La bajada es en este puerto más dura que la subida. Es un descenso más pronunciado (foto) y por sendero de cantos (por cierto mucho ojo si lo hacéis en bici). En el alto reciben al peregrino un curioso monumento -cedido por la empresa responsable de la planta aerogeneradora– con una retahíla de peregrinos a la vieja usanza, un cartel en piedra, y un cartel indicador de madera que indica el punto por el que acometer la pronunciada bajada. Es fácil encontrar a alguna de las 12 figuras del monumento vestidas con alguna prenda de los muchos peregrinos que mantienen la tradición de vestirlos de forma contemporánea. Si hace calor, como es el caso, también nos recibirá en el alto un vendedor de aguas y refrescos fresquitos –la verdad (y sin que me oiga) muy baratito para no haber un bar en varios kilómetros a la redonda y estar estratégicamente situado justo al final de la subida, pero la proliferación de ayudas al peregrino que me estoy topando es tal que merecen un post aparte cuando llegue a Santiago. Les dedicaré, como se merecen, un post a los amigos y personajes con los que me estoy encontrando –cada uno de ellos da para un libro…-, y las ayudas de todo tipo con las que el peregrino se irá topando.



En Uterga (iglesia gótica de la Asunción) encontramos el albergue Camino del Perdón y un albergue público, pero es demasiado pronto para finalizar la etapa. Sus bares si nos pueden venir muy bien para refrescarnos. La parte más bonita de la etapa está al final. En Muruzábal (iglesia de San Esteban y palacio de Zabalegui) encontramos un desvío a la ermita de Eunate. Es un ligero desvío por terreno sin desnivel y en cambio una de las sorpresas más agradables de la ruta Jacobea. La iglesia de Eunate (foto) es un templo románico de planta octogonal y preciosa arcada. Original y diferente en la ruta. Si hacéis este desvío a Eunate llegaréis a Óbanos y Puente la Reina desde la iglesia siguiendo los últimos metros del Camino Aragonés, que entra en España a través del puerto de Somport.



Óbanos es para muchos el verdadero punto donde se unen el Camino Aragonés y el Camino Francés. El monumento que indica el lugar de unión de ambos Caminos lo encontramos si embargo a la entrada de Puente la Reina/Gares (foto).



Puente la Reina (iglesia del Crucifijo, iglesia de Santiago, iglesia de San Pedro, puente románico y convento de las Comendadoras del Sancti Spiritus, por orden de paso a medida que el peregrino se va encontrando los monumentos) es una localidad encantadora. Repleta de hoteles y servicios al peregrino, con calles adoquinadas por las que da gusto pasear y por supuesto el magno puente sobre el Arga mandado construir por la reina doña Mayor, que da nombre a la localidad.
Puente la Reina posee tres albergues (PP. Reparadores –frente a la iglesia del Crucifijo-, Jakue-muy buenos las tortillas de diferentes sabores y los masajes en los pies-, y Santiago Apóstol) y uno de los mejores finales de etapa.

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